Celebramos el Día Internacional de la Bicicleta con las historias de dos ciclistas amateur.
“Cuando el día se vuelva oscuro, cuando el trabajo parezca monótono, cuando resulte difícil conservar la esperanza, simplemente sube a una bicicleta y date un paseo por la carretera, sin pensar en nada más”, recomendó alguna vez el escritor Arthur Conan Doyle (1859-1930). El consejo lo han seguido Amadilia Ortega y José Makepeace, dos ciclistas amateurs de la tercera edad, cuyos estilos de vida fueron transformados en cada pedalazo. Hoy celebramos el Día Internacional de la Bicicleta con sus historias.
Amadilia Ortega
Este 2018, Amadilia Ortega festeja su 60 cumpleaños, pero también el 10 aniversario de su encuentro con el ciclismo. “Me invitaron a una fiesta. Comenzó a llover y vi que una bicicleta se mojaba en el jardín. Le dije a mi amiga que la guardaran, pero en lugar de eso me la regaló”, recuerda. Poco antes, su esposo había fallecido, por lo que practicar esta actividad, confiesa, la ayudó a sobrellevar el duelo.
Amadilia se dirigió entonces al Parque Jocotenango, en zona 2, y posteriormente se unió al Colectivo Masa Crítica. Con el tiempo, pasó de ser principiante a intermedio y se integró a grupos como Punto Oveja y Los Piratas del Ciclismo, y a los recorridos organizados por la Municipalidad de Guatemala.
Además de mantenerse activa y evitar padecimientos como la hipertensión, Ortega dice que este pasatiempo le ha dejado muchas amistades. “Salgo todos los días y descubro personas de todas las edades. Si uno se queda, los más jóvenes son el impulso”, puntualiza.
José Manuel Makepeace
Hace 7 años en José Manuel Makepeace se despertó la curiosidad de subir a esa bicicleta que se encontraba abandonada en su hogar. Se inició con trayectos de no menos de 5 kilómetros dentro de su colonia, pero con los meses coordinó, junto a sus vecinos, paseos dominicales de mayor distancia.
Makepeace comenta que el ciclismo se convirtió en una adicción y decidió ser parte de los colectivos Masa Crítica y Bicirol. “Estuve en ambos y hacía colazos de entre 18 y 60 kilómetros, pero yo quería más y decidí probarme en montaña”, rememora.
A sus 63 años, José Manuel es parte de Las Águilas del Pedal, un equipo de 16 personas que realiza recorridos desde los 60 hasta los 150 kilómetros. “Me encanta la bicicleta. Lo único que se requiere para usarla es la voluntad. Uno hace amigos que se convierten en familia”, menciona. Resalta que lo mejor de este vehículo es que cuida su salud y la del planeta.