La mayoría de las personas sabe que Ciudad Gótica (Gotham City) es la ficticia ciudad natal y campo de operaciones del justiciero Batman, de la editorial DC Comics. Pero considerando la alta cantidad de psicópatas disfrazados que pululan sus calles y todos los sinsabores que eso conlleva, vale la pena preguntar ¿cómo todavía hay gente dispuesta a vivir allí?
La respuesta podría ser un fenómeno conocido como optimismo comparativo. Todos lo hemos experimentado en algún momento u otro: es creer que lo malo de la vida le puede pasar a otros, pero nunca a uno mismo. Un residente de Ciudad Gótica podría pensar que si bien es cierto que hay muchos locos matando gente, eso no le sucederá a él, porque es una buena persona, es trabajador y no busca problemas. Es una manera de negación de la realidad que se incrementa de forma inversamente proporcional: entre menos queremos que nos pase algo, más creemos que no va a ocurrirnos.
El optimismo comparativo puede quitarle ansiedad a una persona, pero también puede hacerla que baje la guardia y se arriesgue demasiado, basándose siempre en la creencia de que nada malo va a pasar. Este tipo de exceso de confianza podría hacer que algunos elementos del personal de lugares de alta seguridad como Arkham y Black Gate se descuidaran, lo que facilitaría el escape de prisioneros peligrosos como El Guasón y El Acertijo.
Sin embargo, la negación de la realidad no siempre es algo malo: ayuda a sobreponerse a períodos difíciles y permite incrementar la habilidad de superar momentos traumáticos. Los habitantes de Ciudad Gótica podrían haber desarrollado un alto nivel de tolerancia y, por su frecuencia, ver los terribles actos de los enemigos de Batman como algo ordinario.
Ahora bien, valdría la pena considerar si como lectores no estamos prejuiciados con respecto a las condiciones reales de esta urbe y otras con incidentes constantes como Coast City, Metrópolis y las del universo Marvel. Hay que recordar que nosotros solo vemos lo que los escritores, dibujantes y editores nos permiten. Por lo general, se trata de hechos de criminalidad y violencia, porque precisamente esas son las historias que venden cómics. Después de todo, Ciudad Gótica y las demás son poblaciones de muchos millones de habitantes, y es concebible que buena parte de ellos lleve existencias ordinarias, totalmente alejadas del mundo de los héroes y los villanos vestidos con spandex, razón por la cual siguen viviendo allí.