Cual pieza del cubo de 6 caras inventado en el siglo XIX por John H. Winn, y antes del plazo quedó integrada la nómina de aspirantes a Fiscal General de la República y Jefe del Ministerio Público. Sin duda, en la Comisión de Postulación prevaleció el criterio de curarse en salud, por lo que en una votación veloz descartó las candidaturas polémicas y se decantó por las que menos olas levantan. De esa manera, el presidente del Organismo Judicial, los 12 decanos de las facultades de Derecho y los 2 directivos del Colegio de Abogados y Notarios libraron su responsabilidad y ahora dejan la decisión final en manos del mandatario Jimmy Morales.
Brenda Dery Muñoz, María Consuelo Porras, Miguel Ángel Gálvez, Patricia Gámez, Gladys Verónica Ponce y Édgar Melchor reúnen perfiles idóneos para relevar a Thelma Aldana. En ese sentido, como lo ha indicado el Movimiento Projusticia, el gobernante podría inclinarse por la variable de la mejor calificación, 2 con 75 puntos, o escoger entre los 3 que consiguieron el respaldo unánime de los comisionados, pero también están los factores de la experiencia y la trayectoria. Por supuesto, donde no habrá consenso es en la opinión pública, ya que si bien la sexteta refleja capacidad y conocimiento, cada una y uno de los elegibles es medido según el color del cristal con que se les ve, elemento que quien asuma será lo primero que deberá atacar.
Y es que nuestro país se asemeja a un tablero en el que se escenifican diferentes partidas, y una de ellas es la justicia, de forma que más allá de un duelo ideológico se suscita una lucha de intereses. Obviamente, la persecución penal es fundamental para el funcionamiento y desarrollo de un Estado, factor que en la coyuntura que vivimos ha atizado las disputas de los grupos de poder. Tendremos entonces, unos días en los que estos profesionales con carreras como juez o fiscal serán protagonistas del escrutinio social, y solo él o la que reciba el beneplácito presidencial tendrá la oportunidad de confirmar o rebatir lo que de él o ella se diga. No puede dejarse al margen que contra el proceso hay 8 recursos legales, alguno de los cuales eventualmente podría dar al traste con lo actuado, o tal vez solo queden como anécdotas del continuo vaivén político en que nos mantenemos.