No cabe duda de que los guatemaltecos somos ciudadanos de primera; en esta ocasión la participación significó un 5 por ciento más que otras consultas populares realizadas, esto es el primer síntoma de que Guatemala está cambiando, y con ello, sus ciudadanos. En esta ocasión me tocó servir en una mesa de votación y me entusiasmó observar la cantidad de jóvenes que participaron en mesas, y como voluntarios en los centros de votación.
La jornada, aún que pinten como “lenta”, me enfocaré en mi experiencia como ciudadana al servicio de mi país. Motiva mucho el ánimo de los jóvenes que asistieron en mesas, por cada voto que alcanzaba un número grande la porra se volvía contagiosa, inclusive el votante se iba con una sonrisa. Uno de los aspectos fue que hubo alta participación de mujeres, sobre todo aquellas hijas que llevaron a sus madres a votar, inclusive hubo dos casos dónde la mamá sin saber escribir y leer, la hija le apoyó y la mamá pudo realizar su voto. Uno de los primeros votos que registramos fue de un señor que se tomó foto en nuestra mesa con la bandera de Guatemala para enviárselo a su hija en Suiza, y el voto No. 160 nos regaló a todos mini biblias. No cabe duda de que los guatemaltecos somos diversos, y entre esa diversidad somos gente de bien, y amables, y todos esperamos una salida al reclamo histórico con Belice, unos por una buena vecindad, otros para límites bien definidos en las fronteras, y muchos incluyéndome, para traer de alguna manera paz social en la línea de adyacencia. Esta reflexión nos lleva a dar un paseo en la historia, donde otros conflictos territoriales como por ejemplo la línea fronteriza entre Perú y Ecuador en los cuales luego de múltiples conflictos bélicos entre ambos países, los linderos fueron acordados en el siguiente tratado: Protocolo de Paz, Amistad y Límites, firmado en Río de Janeiro, Brasil, el 29 de enero de 1942. Con el objetivo de finiquitar los conflictos territoriales con la mediación de Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile. La región latinoamérica tiene al menos 10 conflictos territoriales pendientes de resolver, como por ejemplo entre Chile y Bolivia, Colombia y Nicaragua, y así va la lista; sin embargo, las Islas Malvinas es un reclamo de soberanía diferente, que vale la pena hacer la comparación.