El consumo de vino tinto y frutos rojos puede prevenir y combatir enfermedades mentales, según un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores del Centro de Investigación en Tecnologías y Servicios de Salud (Cintesis), quienes aseguraron que el vino tinto puede contribuir a regular la flora intestinal, reducir la inflamación, prevenir la depresión y ayudar en la lucha contra la demencia y otras enfermedades neurodegenerativas.
Dicha novedad abre el camino a “una nueva estrategia terapéutica en la prevención y el tratamiento de enfermedades como la ansiedad o la depresión”, explica la coordinadora de la investigación, Conceição Calhau. El hallazgo se ha realizado en el marco de un estudio que evaluaba la relación entre la alimentación, la flora intestinal y el cerebro.
En una primera fase, llevada a cabo con animales, los científicos descubrieron que una alimentación rica en grasas saturadas disminuye las bacterias beneficiosas de los intestinos e induce a la inflamación del cerebro. En la segunda fase, se comprobó que el consumo de extracto de moras en animales permitía mejorar las condiciones de su flora intestinal y reducir la inflamación cerebral “que subyace a las complicaciones neurológicas asociadas a la obesidad”, afirma el estudio.
Por su parte, los científicos comprobaron el impacto en humanos del consumo de puré de mora, y en los casos en los que la ingesta era complementada con vino tinto.