Un tanto de penal de Cristiano Ronaldo en el tiempo añadido (90 +7) clasificó al Real Madrid para las semifinales de la Liga de Campeones, que despidió a un heroico Juventus, muerto en la orilla del éxito al firmar un partido histórico y a la vez trágico para Gianluigi Buffon.
Un día después de la estrepitosa y humillante caída del Barcelona en Roma, el Real Madrid no podía permitirse el lujo de repetir la historia. Estaba avisado. La Roma enseñó el camino al Juventus y los hombres de Zidane sabían perfectamente lo que podía pasar.
Sí, tenía que ocurrir un milagro. El más parecido lo firmó el Spartak Moscú en 1991, cuando ganó 1-3, pero ni ese resultado servía al Juventus. Mucho tiempo había pasado, aunque todo podía ocurrir. Esa es la salsa del futbol. Y más cuando el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en una entrevista dijo que, como casi siempre, en semifinales le tocaría el Bayern Munich.
Massimiliano Allegri, sin embargo, acudió a la cita como un cordero degollado. “Tenemos pocas opciones”, aseguró. Pero por dentro, en el vestuario, seguro que el mensaje fue otro, porque sus jugadores salieron al campo como un volcán en plena erupción. Arrasaron en los primeros 10 minutos, revolucionaron la eliminatoria y pusieron nerviosos a novedades como Jesús Vallejo. Con agujeros en la zaga, y sin la jerarquía de Sergio Ramos, en el segundo minuto llegó el primer gol del croata Mario Mandzukic, que remató un centro desde la banda derecha de Sami Khedira. Se avecinaba un buen lío.
Entonces apareció de nuevo Mandzukic con su cabeza de lujo para batir a Keylor Navas en una jugada parecida a la primera. El croata se fajó de un timorato Casemiro e hizo su segundo tanto. Del lío, de repente se pasó al terror. Miedo, era la palabra que mejor definía el ambiente que se respiró en el Bernabéu al descanso, al que se llegó con un cabezazo de Varane al larguero.
A falta de media hora, ocurrió lo que el destino tenía preparado a los blancos cuando a Navas se le escapó un centro que recogió Matuidi para poner el 0-3 en el marcador.
La peor pesadilla posible se instaló en el Bernabéu. Seguramente muchos disfrutaron el día anterior de la debacle del Barcelona. De repente, se vieron con una soga rodeando su cuello a punto de sellarse.
Pero el futbol es caprichoso y cruel. Cruel para la Juventus, que firmó una gran actuación. Mereció mucho más. Murió en la orilla porque Cristiano Ronaldo marcó de penal en el tiempo añadido. Benatia cometió una pena máxima sobre Lucas Vázquez, Buffon desesperado fue expulsado, y acabó como Zidane en el Mundial su aventura en Europa.
Aplaudido por todo el estadio, el portero italiano se marchó cabizbajo mientras esperaba la sentencia desde la banda. Cristiano no falló, salvó la temporada del Real Madrid y el equipo de Zidane seguirá con vida en un partido en el que el Juventus engrandeció el futbol.