La capital de Perú es el escenario de la VIII Cumbre de las Américas, en la que, además, participan 200 jóvenes de toda América en el debate de propuestas contra la corrupción, esto en un encuentro organizado por el Young Americas Business Trust (YABT) con el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Hoy arrancó la primera de las dos jornadas de debates que culminarán con una declaración que trasladarán a los 34 Gobiernos participantes en la Cumbre de las Américas.
Los jóvenes participantes, seleccionados por el YABT entre más de 1 mil 200 postulaciones, consensuarán sus propuestas en diversos grupos de trabajo centrados en la gobernabilidad democrática, corrupción, desarrollo sostenible, cooperación entre instituciones y alianzas público-privadas.
La directora del YABT, Valerie Lorena, aseguró en la inauguración del Foro de los Jóvenes que la declaración final será el fruto de 7 meses de trabajo en los que han participado más de 6 mil jóvenes.
En el acto de apertura también participó el coordinador adjunto de la Cumbre de las Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, Javier Yepez, la especialista principal de la Secretaría de cumbres de la OEA, María Celina Conte, y el presidente de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), Raúl Díez Canseco.
Participación fundamental
Yepez valoró que la participación de la juventud en la Cumbre de las Américas es fundamental para solucionar los problemas que aquejan a los pueblos de América.
El funcionario afirmó que las propuestas de los jóvenes enriquecerán el debate de los Gobiernos, “con una mirada fresca para la lucha contra la corrupción”.
Añadió que “solo unidos podremos combatir el flagelo de la corrupción”, al que calificó como uno de los principales problemas que retrasa el desarrollo de los países de la región.
Por su parte, Díez Canseco coincidió en señalar que la corrupción retiene el desarrollo de América Latina, unido a la informalidad, de la que lamentó que los Estados no tenga políticas claras para formalizar el desarrollo nacional.
El presidente de la USIL, con sede en Lima, calificó a los jóvenes como “la reserva moral más importante de América Latina” para interactuar en esta cumbre con los empresarios y “la clase política tan desprestigiada”.