Francisco de Paula, conocido como Blue Jeans, necesitaba “salir de la zona de confort” y por eso ha dejado atrás las portadas llenas de corazones para lanzarse al género del misterio con La chica invisible, aunque lo ha hecho sin olvidar las tramas juveniles que le han llevado a ser el escritor que es.
Pero De Paula, pese a haber subido otro escalón en su trayectoria literaria, ya lleva 9 años siendo uno de los protagonistas de la literatura juvenil, no ha querido abandonar a sus “chicos y chicas”, esos a los que conquista siempre con historias llenas de amor, amistad, y otros valores como la tolerancia, la honestidad o el respeto a la mujer y la relación con la familia.
“Es un libro que aparte del misterio tiene otras cosas que no me podía olvidar de ellas, pero también era un cambio necesario para mí, para la editorial y para los lectores. Seguir haciendo corazones en las portadas podría ser repetitivo y yo necesitaba algo diferente, salir de la zona de confort, arriesgar”, dice el autor en una entrevista con Efe.
“Pero no queríamos salir del juvenil, aunque sea para todos los públicos, por eso introduzco a personajes adultos, como son los responsables de la investigación. No quería que me quedara algo irreal, y por eso la presencia de los adultos es fundamental para descubrir el crimen”.
Así, con esta nueva novela (Planeta), a la venta hoy en España y Latinoamérica, el escritor sevillano (1978) propone una trama centrada en el asesinato de Aurora, una chica rodeada de misterio, cuya muerte en el instituto de un pueblo sin nombre da el protagonismo a la joven Julia Plaza.
Una joven de 16 años quien lleva la trama junto a sus padres, Aitana (forense del caso) y Miguel Ángel (sargento de la Policía Judicial de la Guardia Civil). Al igual que su protagonista, Blue Jeans también ha necesitado la ayuda de sus progenitores para poder ser “lo más preciso” en el lenguaje judicial que recorre las páginas del libro.
“La parte procesal es la más trabajada para no meter la pata, y aquí han sido fundamentales mis padres porque mi padre es procuradora de los tribunales en Carmona (su localidad natal) y mi madre le ha ayudado durante todos los años de carrera. Y ellos se saben todo de lo que hay que hacer en un caso de este tipo en un pueblo”, cuenta.
Por eso La chica invisible, según confiesa con una sonrisa, ha sido el primer libro suyo que se ha leído su padre.
Muestra de la madurez literaria que De Paula va mostrando en cada una de sus novelas (es autor de las trilogías Canciones para Paula o Algo tan sencillo) es la estructura elegida en la obra, ya que, según destaca, además de haberse empapado de las novelas de Dolores Redondo o Javier Castillo, ha sido la escritora británica Agatha Christie, en la que más se ha fijado a la hora de crear la historia.
“Yo leo sus novelas desde los once años, también las de Doyle, y he creado una estructura bastante parecida”, afirma. Algo a lo que ha llegado después de “mucho trabajo” y de pasarlo “muy bien” porque para hilar la historia montó en su casa una especie de sala de investigación la que, en una pizarra, iba desgranando y ligando las historias del ramillete de personajes que completan la novela.
Personajes donde la parte femenina siempre está muy presente, al igual que en el resto de obras, porque si algo es De Paula es “un defensor nato de las mujeres y el feminismo”.
*EFE