En el Nuevo Testamento de la Biblia, evangelios como Lucas y Mateo narran los acontecimientos relacionados con la pasión, muerte y posterior resurrección de Jesucristo. Este último hecho es conmemorado en el cristianismo mediante la Pascua, que ha trascendido el aspecto religioso para llegar hasta el arte. No, no nos referimos solo al cine y la televisión, pues mucho antes de irrumpir en la pantalla, quedó manifiesta en lienzos de artistas europeos renacentistas y barrocos.
La Resurrección de Cristo (Rafael)
Conocida también como Resurreción Kinnaird, La resurrección de Cristo refleja los inicios del Rafael Sanzio, pintor italiano del Renacimiento. En 1954 fue adquirida por el Museo de Arte de Sao Paulo, Brasil.
La Resurrección de Cristo (Rubens)
Este tríptico representativo del Barroco centroeuropeo es parte de un retablo realizado por Peter Paul Rubens. Formado por paneles independientes, a la izquierda puede apreciarse a Juan el Bautista, a la derecha a una santa y al centro a Jesús resucitado.
La Resurrezione
Esta fue una de las obras más famosas del pintor renacentista Piero della Francesca. Creada entre 1463 y 1465, la pieza proyecta tres planos: el paisaje; Cristo, de pie y herido, pero saliendo del sepulcro; y unos soldados, aparentemente dormidos.
La Resurrección de Cristo (Bellini)
En un óleo sobre panel, Giovanni Bellini pintó La Resurrección de Cristo para la iglesia mortuoria de San Michele di Murano, Venecia. En la pieza se aprecia un sepulcro vacío y Jesús elevado en el cielo. Desde 1903 es parte de la colección de la Gemäldegalerie, pinacoteca de Berlín, Alemania.
La Resurrección de Cristo (el Greco)
En esta pintura, el Greco ilustra una escena en la que Jesús resucita y se eleva glorioso ante los sorprendidos soldados. En la actualidad, la obra creada entre 1597 y 1600 se almacena en el Museo del Prado, Madrid.
Resurrección
El Instituto de Arte de Chicago, Estados Unidos, resguarda la Resurrección, de Cecco del Caravaggio. La escena dramática resalta este momento del cristianismo en una composición con fondo oscuro y luces fuertes. La pintura, que data de 1619, fue realizada como un encargo de Piero Guicciardini, embajador de la Toscana en Roma.