Dueña de una poesía vital y desgarradora y de novelas valientes y contundentes, su incasable pluma también hiló ensayos y columnas acerca de Nietzsche, Borges, Freud o los clásicos griegos. El Sábado Santo, Guatemala perdió a una de sus glorias artísticas, la escritora e intelectual Margarita Carrera, quien a lo largo de su trayectoria predicó desde sus libros y con su ejemplo.
Su refugio
“Bajo signos adversos”, como relató en alguna ocasión, Margarita Carrera Molina nació el 16 de septiembre de 1929 en la ciudad de Guatemala. A muy temprana edad encontró refugio en unas letras a las que se dedicó, con pasión y disciplina, hasta sus últimos días. De acuerdo con Francisco Alejandro Méndez, escritor y premio nacional de literatura 2017, la muerte de la autora es una gran tristeza para el arte local, pues su legado abarca distintos géneros literarios.
Obra
La poesía de Carrera, publicada en no menos de una decena de títulos, es descrita por Méndez como “vital, con mucha forma clásica, pero en una época contemporánea”. La escritora Carmen Matute, premio nacional de literatura 2015 y amiga de la autora desde la década de los 70, asegura que sus versos fueron a la vez desgarradores, alucinantes y profundos.
En la prosa, Carrera escribió En la Mirilla del Jaguar (2002), una biografía novelada de monseñor Juan Gerardi; y Sumario del recuerdo (2008), en el que narra valientemente diferentes pasajes de su vida. Indiscutible erudita, también fueron muy conocidos sus ensayos acerca de cultura grecolatina y de los personajes que la apasionaban, especialmente Freud. “Fue uno de sus grandes amores. De hecho, decía que por las noches se acostaba con él”, afirma Méndez. Además, mantuvo un espacio de opinión en el matutino Prensa Libre desde los 90.
Ejemplo de mujer
A esa grandeza creadora se sumaron logros que la convirtieron en ejemplo para nuevas generaciones de escritoras y mujeres en general. Fue la primera mujer en obtener la licenciatura en Letras, en 1957, en la Universidad de San Carlos, y 10 años más tarde fue la primera escritora en ingresar en la Academia Guatemalteca de la Lengua. En 1996, fue la segunda autora, solo después de su amiga Luz Méndez de la Vega, en recibir el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias.
“Lo que Margarita Carrera consiguió, para su época, fue fuera de lo común. Ella no se limitaba a las letras, y su fraternidad hacia otras mujeres era impresionante”, indica la novelista Jessica Masaya. Matute, quien la describe como su madrina literaria, declara que fue muy generosa con los jóvenes y los talentos que descubría: “La vi combatir por la justicia y las causas nobles, incluso en los tiempos más oscuros de la represión. Siempre llevó la verdad en la mano”.
Humildad
Con una trayectoria tan laureada, sus amigos y conocidos, sin embargo, resaltan su profunda humildad. “Gozaba con las cosas pequeñas, amaba sus gatos y la naturaleza. No tengo sino palabras de elogio para ella”, manifiesta Matute, emocionada. Mientras, Francisco Méndez recuerda aquella época en que se reunían en el Club Italiano para conversar. “Era una mujer simpática y encantadora, con un gran respeto por los demás”, comenta el autor.
Reacciones
El fin de semana, escritores e intelectuales guatemaltecos lamentaron el fallecimiento de Margarita Carrera. José Luis Chea, ministro de Cultura y Deportes, usó sus cuentas de Facebook y Twitter para enviar sus condolencias a familiares, amigos, colegas y admiradores de su obra.