El Gobierno irlandés confirmó hoy que ha ordenado la expulsión de un diplomático ruso, en respuesta al envenenamiento en el Reino Unido del exespía ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, que Londres atribuye a Rusia.
El viceprimer ministro y titular de Exteriores, el democristiano Simon Coveney, explicó que ha tomado esa decisión en solidaridad con el país vecino y para sumarse a las acciones adoptadas por los gobiernos de otros 21 países occidentales en ese sentido.
“El uso de armas químicas por cualquiera, dondequiera, incluidas las sustancias tóxicas que pueden ser usadas como armas químicas, es particularmente impactante y aborrecible”, subrayó el dirigente irlandés.
En su opinión, el envenenamiento de Skripal y su hija en Salisbury (sur de Inglaterra) el pasado 4 de marzo “no es solo un ataque contra el Reino Unido”, sino que supone una “afrenta al sistema legal internacional del que depende nuestra seguridad y bienestar”.
Coveney señaló que ha comunicado al embajador ruso en Dublín, Yury Filatov, que su ministerio ha decidido “cancelar la acreditación de un miembro con estatus diplomático”, por lo que “esa persona -que no identificó- deberá abandonar esta jurisdicción”.
Filatov advirtió el pasado viernes de que la expulsión de cualquier integrante de la misión diplomática rusa en la capital irlandesa sería considerada por Moscú como un “acto hostil”.
Tres días después, volvió a insistir en que este tipo de medida de fuerza podría “arruinar” las relaciones que mantienen ambos países, al tiempo que la calificó de “innecesaria”, pues recalcó que su Gobierno no está implicado en el caso del envenenamiento.
La Embajada rusa en Dublín, situada en el barrio de Rathgar (sur), está integrada por 17 personas, incluidos agregados de defensa, consejeros y secretarios.
*Con información de EFE