El mes de marzo nos permite reflexionar sobre dos temas muy importantes y que a la vez están íntimamente vinculados, siendo conmemoraciones el Día Internacional de los Bosques y el Día Mundial del Agua, proclamados por la Asamblea General de las Naciones Unidas para celebrarse los días 21 y 22 de marzo, respectivamente.
El Día Internacional de los Bosques nos invita a reflexionar sobre la importancia de todos los tipos de bosques y generar conciencia para su conservación, ya que estos poseen gran diversidad de ecosistemas, especies, y se estima que dos tercios de todas las especies terrestres viven en los bosques.
Los recursos que estos proveen como la madera, leña, alimentos, recursos medicinales y recursos energéticos, son de suma importancia para el bienestar humano. Mientras tanto, la celebración del Día Mundial del Agua, según las Naciones Unidas, se centra en explorar cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI. El cambio climático supone problemas asociados a los recursos hídricos, como las inundaciones, sequías y la contaminación del agua, que se agravan con la deforestación o degradación de los bosques en el planeta, fenómeno que también supone un gran reto. En Guatemala, con base en la última publicación de la Dinámica de la Cobertura Forestal (2010), alrededor del 33.7 % del país cuenta con cobertura forestal. Las áreas protegidas son una muestra representativa de los bosques de Guatemala, ya que el 52 % de la cobertura forestal actual (en su gran mayoría constituida por bosques nativos) se encuentra dentro del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas. Con ello podemos afirmar que estas contribuyen a la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático, al equilibrio del ciclo del agua, así como mejorar la salud de la población y sus medios de vida.
El Conap junto a otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales, desde hace años ha tomado medidas a nivel local y regional para resguardar la diversidad biológica en el país; un ejemplo claro es el manejo forestal sostenible que ha progresado dentro de las áreas protegidas, revalorizando los bosques y su transformación hacia un sector dinámico generador de empleo y divisas.