Salomón David Rowe Stewart nació el 5 de septiembre de 1950 en el barrio La 17, Puerto Barrios, Izabal, donde se crió y dio sus primeros dotes naturales de atleta para ser descubierto por Roy Fearon.
Rowe ostenta el récord nacional más longevo, en salto largo, con marca de 7 metros y 79 centímetros, impuesto el 7 de agosto de 1977, en el marco de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Xalapa, México.
“El récord más antiguo era de Teodoro Palacios Flores, pero el año pasado Ken Franzua se lo arrebató, y esto dejó mi marca como la de mayor tiempo sin romperse”, indicó el exatleta.
“Me inicié en Puerto Barrios, Izabal, donde jugaba futbol, deporte que lamentablemente ha venido en declive. Me gustaba correr, y me habló una vez Roy Fearon para que compitiera con los muchachos que él entrenaba para los Juegos Nacionales de Mazatenango, y les gané. Entonces ya no pude evitar que me introdujera en el atletismo”, recordó, y poco tiempo después hizo el viaje en ferrocarril a territorio venado.
Con una beca para estudiar en el Colegio San Sebastián, el impetuoso muchacho de 16 años se mudó a la capital, y 3 meses después integró la Selección que participó en el Campeonato Centroamericano de Atletismo en Managua.
“Entonces estaba Pedro Ced, de Zacapa, quien saltaba mejor que yo, y David Douglas, así que me sorprendió ser seleccionado; sin embargo, les gané a todos los favoritos y me convertí en campeón centroamericano, con 6.43 metros, y conforme avanzó el tiempo superé a Teodoro, quien tenía 6.95m”, explicó.
Rowe comentó que en la actualidad el trato al deportista es mucho mejor, que tienen viáticos y todas las comodidades para viajar, pero que no se logran los resultados que necesita el deporte y que le preocupa que su marca siga vigente.
“Me causó gran satisfacción cuando después de 26 años Maxwell Álvarez quebró el récord del salto triple, pues era un indicativo de que se mejoraba en esa disciplina; lamentablemente, decidió retirarse para jugar futbol y no le fue bien”, añadió.
“Ahora tienen toda la tecnología al alcance, pista sintética, zapatos livianos, y no se aprovecha para mejorar. Eso es lo que lamento, pues esas marcas debieron quedar atrás desde hace mucho”, concluyó. Max S. Pérez