El presidente ruso, Vladímir Putin, tiene ahora seis años por delante, teóricamente su último mandato al frente del Kremlin, para reparar o dañar, aún más, sus deterioradas relaciones con Occidente.
“No permitiremos ninguna carrera armamentista. Tenemos todo lo que necesitamos. Al contrario, nos disponemos a entablar relaciones con todos los países del mundo, de tal forma, que sean constructivas”, afirmó hoy Putin al recibir a sus rivales en las presidenciales.
Nada más proclamar su victoria, Putin negó que Rusia tenga algo que ver con el envenenamiento en el Reino Unido del espía doble Serguéi Skripal y su hija, el último episodio de la escalada de tensión con Occidente.
Además, tachó de “disparate” pensar que el Kremlin puedeencargar tal asesinato en suelo extranjero en vísperas de laspresidenciales y del Mundial de Futbol.
No obstante, tendió una rama de olivo y prometió que Rusia hará “todo lo posible para que todas las situaciones conflictivas con sus socios se arreglen por medios políticos y diplomáticos”.
Y, solo 2 semanas después de amedrentar al mundo con imágenes del resultado de 10 años de rearme, adelantó que planea “reducir el gasto en defensa este año y el próximo”.