El presidente ruso, Vladímir Putin, reelegido ayer con más de 2 tercios de los votos, tendrá otros 6 años para perfilar un legado que, a día de hoy, oscila entre la mano dura con sus enemigos, oposición y Occidente, y el papel de padre de la nación.
Con 72 por ciento de los votos, Putin habría obtenido el mejor resultado de su historia y podrá permanecer en el Kremlin hasta 2024.
Según informó la Comisión Electoral Central (CEC), en segundo lugar quedó el candidato comunista, el millonario Pável Grudinin, con 15.90 por ciento. Le siguen el ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, con 6.9 por ciento de los sufragios, mientras la periodista Ksenia Sobchak habría logrado 1.4 por ciento.
Estos primeros resultados oficiales son parciales y corresponden a las regiones del país en el Lejano Oriente y Siberia, que cerraron sus colegios en primer lugar, por lo que no se descartan variaciones.
Unos 110 millones de rusos estaban llamados a votar en estas elecciones presidenciales en las que participaron por vez primera los habitantes de la anexionada península de Crimea, que cumplió ayer 4 años de su reunificación con Rusia.
Tras casi 2 décadas en el poder, Putin ya no compite con nadie, sino consigo mismo y con la historia, convencido de que esta lo absolverá por haber hecho frente al imperio estadounidense.
En las urnas le dio más votos que le quitó la tensión con Occidente debido al envenenamiento en el Reino Unido del doble espía Serguéi Skripal.