El Atlético de Madrid selló ayer a lo grande su pase a los cuartos de final de la Liga Europa al derrotar al Lokomotiv de Moscú (1-5) con un doblete de Fernando Torres; en un partido que los colchoneros dominaron de principio a fin.
El equipo español, que demostró que es el gran favorito a alzarse con este torneo, no se despistó en ningún momento ni por el frío, la nieve o el balón rojo tradicional de los partidos invernales, y le propinó a los rusos una soberana paliza.
Torres marcó 2 goles, 1 de penal, que le vendrán muy bien de cara a los próximos meses, aunque la figura de partido fue Correa, quien inauguró el marcador y volvió loca a la defensa local, complementados con Saúl Ñíguez y Antoine Griezmann.
Fiel a su estilo, Diego Simeone aseguró que su equipo se tomaba muy en serio el partido, pese al contundente resultado de la ida en el Wanda (3-0). Con todo, Costa se quedó en Madrid y Griezmann empezó el partido en el banquillo, aunque dejó gotas de su clase cuando saltó al campo.
Mientras, Yuri Semin decidió enviar un mensaje al equipo rival de que no había tirado por la borda la eliminatoria al alinear desde el primer minuto al peruano Jefferson Farfán, quien había estado tres semanas en el dique seco.
La mala noticia para el equipo madrileño fue la lesión de Filipe Luis, que tuvo que se retirado en camilla después de hacerse daño al intentar salvar un gol cuando Éder se disponía a fusilar a Wérner.
El Bilbao se despide
El Athletic vivió una de sus noches más negras en San Mamés frente a un Olympique de Marsella que se mostró muy superior y validó el claro 3-1 de la ida en el Velodrome, con un 1-2 inapelable en La Catedral que lo clasifica para cuartos de final de la Liga Europa.
Además de la derrota, el Athletic sufrió, antes del descanso, las lesiones musculares de Mikel Rico, que reaparecía luego de otra lesión muscular, y Yeray Álvarez.
En cuanto al juego, el representante galo abrió el marcador en un precipitado penal de Iñigo Lekue sobre Dimitri Payet, que el capitán francés transformó con autoridad. El argentino Lucas Ocampos puso el 0-2 en el 52 en una jugada personal que finalizó con un disparo cruzado; e Iñaki Williams marcó en una jugada un tanto afortunada el gol del honor que redondeaba el 2-5 global para el Marsella.