La batalla judicial que enfrenta a la viuda y los dos hijos naturales del rockero francés Johnny Hallyday, fallecido en diciembre, se ha trasladado a la publicación de su álbum póstumo, ya que los hijos, apartados de la herencia, quieren tener el derecho de decidir sobre su contenido.
El primer asalto de este combate tendrá lugar mañana en el Tribunal de Gran Instancia de Nanterre (al norte de París), donde se decidirá si los vástagos pueden ejercer sus prerrogativas de herederos, que les darían el poder de decidir los detalles de ese disco y de otras producciones del cantante.
La segunda hija del fallecido, Laura Smet, pidió poder conocer ese proyecto para confirmar que su contenido respeta “la integridad artística”, según declaraciones de sus abogados recogidas por el canal BFMTV.
Si el juez les da la razón, los hijos podrían, además de modificar aspectos de este álbum póstumo, ejercer sus derechos sobre la propiedad intelectual de las producciones del rockero.
“A David y Laura, también artistas, se les niega el derecho de escuchar el proyecto de álbum póstumo de su padre”, lamentó la actriz Nathalie Baye, madre de la hija del cantante en una carta publicada por Le Figaro.
Poco se sabe del contenido del álbum “más esperado del año”, según lo describen los medios franceses, que el cantante grabó el año pasado en estudios de Francia y California (EE. UU.) y que contiene nueve canciones de su clásico rock, según informaciones de BFMTV.
La cita de mañana en Nanterre también servirá para determinar si se congela el patrimonio del artista hasta que se resuelva el litigio, tal y como solicitaron los hijos de Hallyday, al que se le estima una fortuna de más de 20 millones de euros.
La polémica estalló, tras conocerse el testamento en el que el cantante francés explicaba que no había dejado nada a sus dos hijos biológicos, Laura y David, porque ya les había hecho donaciones en vida.
Ambos decidieron emprender acciones legales porque consideran que el testamento, redactado en la localidad estadounidense de Los Ángeles, no se ajusta a la ley francesa, que obliga a dar un porcentaje a los hijos.
El rockero compartió la última parte de su vida con la exmodelo Laeticia Hallyday, 32 años más joven que él, que en 1996 se convirtió en su cuarta esposa y con la que adoptó a dos hijas, Jade y Joy, a quien en su testamento nombró herederas de su fortuna “a partes iguales” en caso de deceso de su madre adoptiva.
Esta guerra judicial entre la viuda y Laura y David ha generado un gran interés mediático en Francia, donde la figura de Johnny Hallyday, fallecido a los 74 años de un cáncer, era venerada por varias generaciones.
*EFE