Inspirado en el trabajo de Cristóbal Balenciaga, las creaciones de Hubert de Givenchy vistieron a Audrey Hepburn, Jackie Kennedy o Grace Kelly. Aunque esa es solo una parte del legado simpar que deja el modisto francés, fallecido el sábado a los 91 años.
Origen del ícono
Nacido el 20 de febrero de 1927, en el seno de una familia aristocrática en Beauvais, Francia, Hubert de Givenchy, se retiró de escena en 1995. Sin embargo, se mantuvo hasta sus últimos días como uno de los grandes íconos de la eclosión, en los años 50, del prêt-à-porter de alta gama, una moda mucho más informal, pero con todos los estándares de calidad.
Givenchy es considerado un pionero en la moda de la segunda mitad del siglo XX y sus piezas marcaron un punto de inflexión. Después de él vinieron nombres hoy consagrados como Yves Saint Laurent, Valentino, Karl Lagerfeld, Dolce&Gabanna, Donatella Versace o Giorgio Armani.
Gesto de rebeldía
A los 17 años, y a pesar de que su familia poseía una fábrica de tapices, Givenchy prefirió irse a París a estudiar costura en un gesto de rebeldía. Como integrante de la escuela nacional superior de Bellas Artes, aprendió el oficio con Jacques Fath, Robert Piguet, Lucien Lelong y Elsa Schiaparelli, la diseñadora y artista inscrita en el surrealismo.
Corría 1952 cuando el veinteañero fundó su propia maison y organizó el primer desfile de alta costura de la casa. El diseñador concibió los separables, faldas ligeras combinadas con blusas de algodón voluminosas, y dio origen al concepto de lo relajado chic. Dos años más tarde, creó su primera línea de prêt-à-porter de lujo bautizada Givenchy Université.
En 1953, en un cóctel en Nueva York, Givenchy se encontró con otra figura crucial: Cristóbal Balenciaga, 32 años mayor que él y a quien consideró un padre y un mentor. “Tiene mi reconocimiento eterno”, señaló el francés en una ocasión. Añadió que, el español le mostró que el vestido debe acomodarse al cuerpo de la mujer y no el cuerpo de la mujer a las formas del vestido.
El éxito de sus diseños le sirvió para que las actrices del Hollywood y otras celebridades se pelearan por contar con él. Lauren Bacall, Greta Garbo, Jeanne Moreau, Elisabeth Taylor, Marlène Dietrich, Jacqueline Kennedy-Onassis, la princesa Grace de Mónaco se vistieron con sus creaciones.
Su musa
Sin embargo, fue con Audrey Hepburn con quien mantuvo la relación profesional y personal más intensa. De hecho, el icónico vestido negro que la actriz llevó en Breakfast at Tiffany’s fue obra del francés. En 1957, el tándem rompió moldes, pues el diseñador invitó a su musa a promocionar su perfume L’Interdit. Se trató de la primera estrella de cine que dio su imagen a una fragancia y el éxito fue rotundo.
El retiro
En 1973, impulsó su línea de moda masculina Gentleman Givenchy, y en 1978 sus colegas le premiaron con el prestigioso Dé d’or (Dedal de Oro) de la alta costura. Para 1988 integró su marca al grupo de lujo Louis Vuitton-Moët Hennessy y en 1995 se retiró hastiado. “La pasarela de ahora es muy vulgar”, opinó en una entrevista concedida en 2014.