Durante la entrega de premios, en un chat de editores de entretenimiento coincidimos en que ahora los Óscar procuran no ofender a nadie. Es como si tuvieran una lista de cosas que no se deben hacer porque de lo contrario tu público millennial se verá ofendido. Con ello, lográs una ceremonia políticamente correcta e insípida, nada más. Con anhelo recuerdo cuando Seth MacFarlane fue presentador. Derrochó humor ácido e irónico, ese que ofende.
Jimmy Kimmel es buen presentador, pero controlado. Las intervenciones de los ganadores se repartieron entre las gracias y el activismo, y es de entender. Harvey Weinstein será el elefante blanco al que todos harán leña, y ahí nos quedaremos. Después de décadas de abusos y acoso, terminaría por romperse todo.
Pero lo importante son los reconocimientos. Por ejemplo: Lady Bird debería sentirse más que premiada solo con la nominación. Esta película es una copia resumida, y muy mala, de Boyhood.
Desde el año pasado vengo recomendando a Dunkirk y Blade Runner 2049 como lo mejor de 2017. Los premios que no recibió una, los obtuvo la otra. Creo que fue el único momento que realmente aprecié de los Óscar 2018.
Voy a confesar que The Shape of Water no la terminé de ver. Fue en Pelispedia o uno de esos servicios que me dispuse a verla, y simplemente no hubo clic. Le daré una segunda oportunidad, pero se me hizo de hueva. Sin embargo, de Guillermo del Toro no hay nada qué discutir. Merece todos los premios, y lo digo por su carrera. Su trabajo es genial y es algo que sabemos desde El espinazo del diablo. Si es del Guillermo, te va a gustar. Por eso reitero que le daré una segunda prueba a The Shape of Water.
Pero si de carreras se trata, Frances McDormand y Gary Oldman tienen su lugar en la palestra del cine. Lo poseen desde hace muchas películas. Y aunque Sam Rockwell es de esos actores que caen bien, a mí sí me sorprendió su elección. No puedo dejar de pensar en Zaphod Beeblebrox cuando lo veo en un filme, es su mejor papel. De Allison Janney no conozco nada de su carrera, pero en I, Tonya proyecta a un personaje aborrecible, y no es fácil lograrlo frente a la cámara.
Quiero ser positivo, pero es difícil que los Óscar mejoren en humor, selección de películas y discursos de agradecimiento. Me temo que vamos a peor, y sin freno.
Decepción fílmica: Other Life.
Esta es esas opciones que ofrece Netflix que comienzan bien y acaban muy mal. Con una lista de rostros nuevos muestra un mundo nuevo; uno en el que hay sustancias para tener fantasías vívidas en ambientes controlados. Pero justo a la mitad la historia se queda sin argumento sólido. Llega a aburrir. Es la película que podrías ver en el avión o en un bus rumbo a Izabal.