Por: Angel Ernesto Lavarreda
La ausencia de líneas de formación en una determinada materia o en un tema de interés colectivo de acuerdo a una realidad social, hace necesario la propuesta y puesta en marcha de programas de capacitación. Esta necesidad de capacitación en temas específicos se da por la especialización en un tema particular a atender, pues poco o de nada sirve dar una capacitación de atención al público a un empleado que su labor es darle mantenimiento a los aires acondicionados. En segundo lugar, se constituye la programación de la capacitación, cuyas fases son: definir claramente el objetivo, determinar el contenido de capacitación, elegir el método o técnica de capacitación, también los recursos necesarios tanto humanos como técnicos, la periodicidad con la cual se va a impartir y el lugar donde se dictará la misma.
Seguidamente se entra el proceso de ejecución de la capacitación, que se lleva a efecto por un especialista en la materia. En nuestro medio no es común que las capacitaciones sean impartidas por expertos, sino por el mismo personal de la unidad de capacitación que ha llegado a aprender a capacitar en la marcha del día a día. En tercer lugar, se evalúa la eficiencia que generó la implementación de la capacitación.
Esto significa que es necesario observar si la información dada fue asimilada y puesta en práctica por los empleados. Esta parte también se encuentra descubierta en la mayoría de las instituciones, pues rara vez hay personal de la unidad de capacitación que dé seguimiento a lo que se enseñó en la misma. Por lo anterior es indispensable que nuestro país retome su lugar en el área centroamericana, reactive su economía, sea competitivo y que haya inversión en toda materia; es condición indispensable que toda institución invierta en la capacitación desde sus primeros pasos al ingresar a una plaza de trabajo, para que al llegar a formar parte del andamiaje laboral, logren hacer una carrera como servidores públicos, capacitándose para ser verdaderos constructores de su futuro y puedan aportar a la sociedad en la cual todos coexistimos, pues no podemos seguir navegando solos o en grupos sesgados, sino en una verdadera ruta de país.