La guitarra, más que una fiel amiga, se ha convertido en la musa de Luis Juárez Quixtán. Además de llevarla a donde quiera que vaya, ahora el músico ha decidido hacerle “poemas”, una modalidad en la que combina su afición por la escritura con la composición de melodías. Durante una breve estancia en el país, el guatemalteco residente en París, Francia, visitó la redacción del Diario de Centro América y nos habló de este y otros proyectos.
Emociones atrapadas
Luis Juárez Quixtán ha dedicado estos últimos meses a componer una serie de 15 obras para su instrumento. Les llama Poemas para la guitarra, más que composiciones, pues tienen su origen en su gusto por la poesía amateur: “Ocurre que escribo algún poema y, a la vez, me viene la idea de complementarlo con una melodía”. Añade que el texto, de temática libre, va de la mano con la música para brindar un preludio sin estructura.
Juárez indica que se trata de un trabajo complejo, ya que usa estas dos herramientas para sacar todas esas emociones atrapadas en su interior. Por eso, aunque entre sus planes estaba lanzar un disco este año, ahora su única intención es profundizar en sus piezas y madurar el acompañamiento. Al pulirlas, matiza, busca que quienes las escuchen puedan también liberar sus sentimientos.
En simultáneo
Además de ese proyecto, y de su carrera como profesor de guitarra clásica en el Conservatorio de Música Marne et Chantereine, de París, Juárez continúa la segunda fase de su programa de educación musical en línea. En este, se dedica a preparar a jóvenes guitarristas guatemaltecos con técnicas utilizadas en Europa.
En la primera etapa trabajó con un grupo de chicos de San Juan Sacatepéquez, quienes luego formaron una orquesta de guitarras. Sin embargo, comenta, en esta ocasión intenta centrarse en aquellos que desean profesionalizarse individualmente. Esta labor, asegura, es su manera de mantenerse conectado con el país, aunque a veces deba desvelarse por la diferencia horaria.