Para Víctor Hugo Valenzuela, la mejor herramienta para enfrentar la vida era el arte. A ese lema se mantuvo consecuente durante sus no menos de 40 años de carrera en la plástica, que repartió entre crear piezas cargadas de color y formar a nuevas generaciones de artistas. Hoy, repasamos algunos pasajes de la trayectoria del guatemalteco, fallecido la tarde del jueves.
Su obra
Antigua Guatemala vio nacer a Víctor Hugo Valenzuela Velásquez el 12 de febrero de 1953. Su formación artística la comenzó en la adolescencia en la academia de pintura del español José Mass, y tiempo después la continuó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos (ESA).
Como refiere la galerista Rocío Quiroa, en la pintura, la obra de Valenzuela estuvo definida por sus temas oníricos y, en su última etapa, por los nudos. Todo esto matizado por una paleta de colores brillantes y esos puntos de luz con los que intentó reflejar la vida. No tuvo miedo a las técnicas y materiales: pasó por el acrílico, el óleo, el pastel y la acuarela. Menos conocidas, pero igual de importantes, fueron sus incursiones en el dibujo y la escultura.
Profesor querido
Además de crear mundos abstractos con su pincel, Valenzuela destinó los últimos cinco años de su vida a formar nuevos artistas como catedrático de los cursos Expresión gráfica y Experimentación, en la ESA. “Era un maestro muy interesado en su área y muy querido. Tenía mucha hambre de enseñar y de llevar a los alumnos fuera de las aulas”, destaca la pintora Jimena Soto, docente y coordinadora de Artes Visuales de esa institución.
Una de las formas con que Valenzuela motivaba a sus estudiantes era exponiéndolos al mundo. Con esa misión, en octubre de 2017, en ocasión del 20 aniversario de la Galería de Arte Rocío Quiroa, coordinó la exhibición 1, parte de un todo. “Hicimos una curaduría y me pidió que los tratara como a cualquier creador para que supieran cómo era el arte. Tan solo un día antes de su muerte me dijo lo contento que estaba con su grupo. Siempre tuvo cero egoísmo para enseñar”, indica Quiroa.
Artista de verdad
El antigüeño recibió reconocimientos dentro y fuera de nuestras fronteras y expuso su creación en al menos una cincuentena de muestras individuales. Hace 1 año presentó sus Variaciones sobre temas inéditos y recurrentes, en la Galería de la Fundación G&T Continental. “Fue una colección con la que celebró 40 años de carrera, y por ello dio un recorrido por sus distintas etapas”, expresa Yanira Gálvez, subdirectora ejecutiva de la organización.
Gálvez lo recuerda como una persona sencilla, cercana y muy interesada en compartir con los visitantes de su obra. Mientras que para Quiroa, su amiga durante no menos de 20 años, fue alguien con quien podía compartir sus pensamientos. “Todo el tiempo trabajamos juntos, realizamos proyectos de pintar en la calle y en murales. Era un artista de verdad, pero sobre todo un ser humano maravilloso”, puntualiza la galerista.