El FC Barcelona falló en su visita a la UD Las Palmas (1-1), y vio reducida su ventaja a 5 puntos con su inmediato perseguidor, el Atlético de Madrid, con el que se enfrentará el domingo en un choque decisivo para clarificar el campeonato.
El conjunto azulgrana, obligado por la goleada rojiblanca del miércoles contra el Leganés, con 4 tantos y exhibición del delantero francés Antoine Griezmann (4-0), pierde así parte de su colchón de seguridad antes del gran duelo, que se disputará en el Camp Nou.
Los locales demostraron la valentía que pedía su entrenador y crearon peligro en algunas llegadas, pero Messi se encargó de frustrar todo el ánimo amarillo con un golazo de falta directa; el astro argentino clavó el balón cerca de la escuadra, en un estadio, el Gran Canaria, donde nunca había marcado.
El control del Barsa era absoluto, pero parsimonioso, y la presión de la Unión Deportiva disminuía en intensidad por momentos. Pero al líder le faltó la brillantez de otras ocasiones para anotar un segundo gol e irse al descanso más tranquilo.
Nada más comenzar el segundo tiempo, el árbitro valenciano señaló un controvertido penalti a favor de Las Palmas por un supuesto agarrón de Sergi Roberto a Aguirregaray, o una mano de Digne por golpear el balón en el poste. Después del desconcierto general por la decisión, Calleri convirtió la pena máxima por la escuadra (1-1). El gol no terminó de despertar al Barsa, que tuvo que recurrir al brasileño Philippe Coutinho y al croata Ivan Rakitic para buscar soluciones más allá de las arrancadas de Messi, mientras Las Palmas crecía en el partido, muy atento en todas las ayudas defensivas.
También se incorporó el francés Ousmane Dembélé en el último cuarto de hora, pero la sensación del choque era que solo una genialidad de las estrellas del Barsa podía desatascar el encuentro para un equipo azulgrana extrañamente previsible, muy lento en sus acciones, y hasta errático en los pases.