Antes de hablar de esta serie, quiero confirmar que ya terminó la primera temporada de Star Trek Discovery y cumplió las expectativas que despertó. Mirala. Regreso al tema de Altered Carbon, que es otra recomendación que propongo para los seguidores del cine de ciencia ficción.
No tengo cómo demostrar que el resurgimiento de Blade Runner apadrinó una buena lista de películas y series, pero eso percibo, al menos en Netflix. De la oferta actual, considero que Altered Carbon es una de las que mejor lo aprovechó.
En la serie hay referencias a Blade Runner, Matrix y otras cintas de décadas pasadas que fueron parteaguas en su momento; eso no incomoda. El guion no es complejo, pero hay ciertos nudos narrativos y diálogos que todo seguidor de mundos distópicos agradecerá.
Joel Kinnaman interpreta a Takeshi Kovacs, el personaje central, y es casi palpable el esfuerzo del actor por convencernos de su interpretación. Lo mismo ocurre con la mexicana Martha Higareda, aunque creo que ella se desbocó y por momentos parece actriz de teatro. El que sí se lleva las palmas es Chris Conner y su papel de Poe, una inteligencia artificial más que maravillosa. ¿Cómo no lograrlo si es un tributo a Edgar Allan Poe?
Acerca del argumento solo tenés que saber que a Kovacs lo “reviven” para resolver un caso, y la historia es muy al estilo del cine de detectives del siglo XX. Los pasos que toma, los conflictos emocionales y las motivaciones para aceptar el proceso hacen entretenida a Altered Carbon. Incluso se puede prever el final, pero la manera en que te llevan a él te atrapa el cerebro.
Por momentos la historia se pone lenta, incluso abren varias subhistorias mientras Kovacs camina por esa ciudad lluviosa del Protectorado. Nada de qué preocuparse, la mayoría las cierran en los dos capítulos finales de la temporada. Un dato más: nos revela la visión futurista y distópica del catolicismo desde la óptica latina. Es algo que no nos habían mostrado antes. Conflictos morales y moralinos por doquier. Dale una oportunidad.
Decepción fílmica: Black Panther.
Sin contar el final diré que es más de lo mismo de la dupla Marvel-Disney: una historia simple, en la que el villano es un niño berrinchudo. Sí, justo como Kilo Ren. Creo que la decepción está en que Marvel ofrece cine familiar, no una trama pensada para un público adulto. Ya no hay que tomar en serio a Marvel, suspelículas son predecibles, y DC va por similar camino. Lo que sí vale la pena son los personajes femeninos, en ellas recae lo bueno que tiene el filme.