La Liga china de futbol cerró ayer el mercado de fichajes de pretemporada, en el que ha reducido drásticamente el dinero gastado en traspasos, por las presiones del Gobierno para que se reduzca la burbuja en el sector, lo que no evitó que hasta 8 jugadores de la Liga española hayan emigrado a este torneo.
Los clubes de la Superliga china, donde el balón comenzará a rodar mañana, han gastado este año 167 millones de euros (Q1 mil 513 millones 20 mil), lejos de las cifras de la temporada pasada (Q4 mil 919 millones 80 mil) y la anterior (Q3 mil 787 millones), en las que este país lideró el mercado de invierno (esta vez quedó por detrás de Inglaterra y España).
La razón de este desplome han sido las medidas del Gobierno comunista para cortar de raíz lo que se veía como un gasto desmedido, por temor a que esto no ayudara al desarrollo de jugadores locales y a que sumiera en graves endeudamientos a algunos clubes, como ya estaba comenzando a ocurrir.
Pekín dictó el pasado año numerosas medidas para limitar el mercado, lo que ha surtido el efecto esperado, desde reducir a 3 el número de extranjeros que pueden jugar en el campo por equipo a imponer una tasa del 100 por ciento a los fichajes de estrellas foráneas o prohibir a los clubes con sus cuentas en rojo que compren jugadores. EFE.