Cansado de películas, series y novelas que “glorifican” a Pablo Escobar, su hijo Juan Pablo le ha dedicado dos documentales y dos libros, además de recorrer el mundo con sus conferencias acerca del fundador del Cártel de Medellín. “Me he lucrado con el nombre de mi padre, pero tengo más derecho que Netflix”, asegura.
“Siendo el hijo de Pablo Escobar tengo un poquito de derecho a hacer dinero con él, lo mismo que Netflix, que le dedicó su serie Narcos, pero yo lo hago de forma más responsable. Podría ganar dinero más rápido adulando a mi padre, glorificándolo como hace Netflix, pero he querido enseñar la realidad sin maquillaje”, ha explicado hoy a un grupo de periodistas.
Juan Pablo Escobar, o Sebastián Marroquín, nombre que por seguridad adoptó tras la muerte de su progenitor, ha presentado en Madrid el documental Escobar al descubierto, dos episodios que estrenará DMAX el 5 de marzo a las 22:30 horas, formados por fotos e imágenes familiares inéditas, sus recuerdos y los de su madre y testimonios de personas que le amaron y que le odiaron.
“Dosis de realidad” frente a la vida de su padre que reflejó la serie Narcos, “muy Hollywood, muy estadounidense”, pese a que se ofreció a colaborar con Netflix para su creación. “Me dijeron que ellos sabían más que yo (…), pero les estoy muy agradecido porque me ha ayudado a vender muchos libros”.
“Gran parte” de lo que gana, ha manifestado, lo dedica a víctimas de la violencia de su padre y a jóvenes de Medellín en riesgo de caer en el narcotráfico, aunque lo hace “en silencio”. Este arquitecto, al que su padre siempre animó a estudiar y no a heredar su imperio de la droga, asegura que el “amor” que sintió hacia él como hijo no le cegó hasta impedirle ver “la gran violencia que ejerció” y lamenta que las producciones acerca de Pablo Escobar no recojan situaciones como cuando, estando en la clandestinidad, se “moría de hambre”, aunque tenían “cuatro millones de dólares en efectivo”.
“Era un bandido que tenía que esconderse, por lo que cuanto más rico era, más pobremente tenía que vivir. Se ocultaba en casas en las que se moría de frío o de calor, sin refrigerador, sin suelo, con goteras… Esos mensajes se perdieron en las series y son los más aleccionadores”, ha criticado.
De la película Loving Pablo, protagonizada por Javier Bardem y Penélope Cruz y basada en la obra Amando a Pablo, odiando a Escobar, de la periodista colombiana Virginia Vallejo, ha dicho que no la ha visto, pero ha lamentado que “semejante talento español se haya desperdiciado” al recurrir a un libro escrito por alguien a quien no da “credibilidad”.
“Hoy todas eran el amor de su vida, todos su mano derecha. Mi padre era hombre de muchas mujeres; no demerito el trabajo de Cruz y Bardem, pero compraron los derechos del libro equivocado”.
Al igual que Narcos, tampoco le gustó la telenovela colombiana Escobar, el patrón del mal, también disponible en Netflix, porque “no se ve el terrorismo de Estado, las torturas, las desapariciones forzadas, los lanzamientos de personas desde helicópteros. Paradójicamente, es una versión amañada que les salió mal, ya que la produjeron víctimas de Pablo Escobar y generó más fanes suyos”.
Muy crítico con la corrupción como aliado del narcotráfico, ha alertado de que este “crece de modo exponencial desde que le declararon la guerra” y se ha mostrado partidario de regularizar las drogas para que las que lleguen al consumidor sean “menos venenosas y menos destructivas” y apostar por la educación “como única arma efectiva”.
*EFE