El motor del piloto guatemalteco Estefan Vicko Castillo se apagó para siempre desde el domingo por la madrugada, después de sufrir un accidente que le quitó la vida en la primera fecha del Campeonato Nacional de Motocrós.
La emoción de regresar al ruedo, después de una sanción por dar positivo en controles de dopaje, la tuvo solo en 3 vueltas de la pista Coliseo Xtreme Park, pues en la cuarta cayó y fue golpeado por los competidores que le seguían, quienes no lograron detener su marcha.
Aunque Castillo, quien competía en la categoría de 250 centímetros cúbicos, fue estabilizado y trasladado a un centro asistencial, sus familiares confirmaron su deceso por la gravedad de las heridas.
Retador de la adrenalina
El piloto, hermano de los gemelos Tomás Ángel y Tomás Pablo, también corredores, y quien constantemente desafiaba la velocidad y alturas con sus saltos en motocicleta, tenía 26 años y, en este ciclo, buscaba retomar el nivel competitivo que tenía antes de ser suspendido.
Era el amo y señor de las categorías 50 y 65 c. c., y aunque en el deporte invertía su tiempo, también tenía una licenciatura en administración de empresas.
Los nervios de acero que lo caracterizaban los fortaleció desde los 5 años, cuando comenzó la práctica de su disciplina. A los 8 años probó su primera gloria internacional, al obtener el tercer lugar del Campeonato Centroamericano Infantil.
En 2009 dio un salto más en su carrera y participó en el Mundial Juvenil que se disputó en Nueva Zelanda, donde consiguió meterse dentro de los 30 mejores de esa prueba.
Además, Vicko fue subcampeón de la división MX2 y en la MX3 logró el tercer lugar, del Campeonato Nacional. Aunado al motocrós, también practicaba supercrós y freestyle.