Cuando Cristóbal Pinto interpreta su melodía Beignet, su mente se traslada hasta Nueva Orleans, la cuna del jazz, donde un día anhela estar en cuerpo y alma. Mientras materializa su sueño, el músico nacional y su banda debutan hoy en la 18 edición del Festival Internacional de Jazz en Guatemala. La presentación es a las 20:00, en el Teatro Dick Smith del Instituto Guatemalteco Americano, ruta 1, 4-05, zona 4. La entrada es libre.
Cambio de camiseta
Hasta hace no mucho tiempo, Cristóbal Pinto era parte de la agrupación rock Yerimkala. Sin embargo, el músico de 24 años se despojó de esa camiseta para enfundarse el traje del jazz, un género en el que encontró nuevos retos. “En la banda sabía que todo iría exactamente como lo habíamos ensayado. Hay un momento en el que te sientes estancado en tu desarrollo y eso afecta la manera en que creas e interpretas”, comenta.
Salir de su zona de confort lo llevó a estudiar jazz mediante un curso online en la Universidad de Berklee, Estados Unidos, en el que se formó con los especialistas Bruce Saunders y Rick Pecklam, quienes lo pulieron e impulsaron a perfeccionar su técnica.
Lo nuevo conocido
Una de las principales características del sonido de Pinto es que, aún en lo novedoso, mantiene la esencia del jazz. Esto queda plasmado en Déjà Vu, su primer EP, que fue grabado en vivo y sin oportunidad de corregir errores, tal como lo hicieron los grandes como Miles Davis, Wes Montgomery y John Coltrane. “El nombre se liga mucho a mi concepto. Significa volver a la tradición de hacer las cosas reales”, explica.
En la grabación, Pinto estuvo acompañado de dos conocidos jazzistas guatemaltecos, Allan Uribizo y Leonel Franco. Ambos aportaron sus estilos y experiencia a temas como Dalí, Carmen, Kiko Kiko y Déjà Vu, con las que el músico busca que los jóvenes descubran la belleza del género.
La propuesta del músico está disponible en Spotify y otras plataformas de streaming: