Salomón Estrada Mejía y Raúl Anselmo Zepeda López, víctimas del conflicto armado interno, fueron declarados hoy como embajadores de la Paz y tuvieron a su cargo el Cambio de la Rosa de la Paz en el Palacio Nacional de la Cultura, en la zona 1.
El acto fue organizado por el Programa Nacional de Resarcimiento (PNR), adscrito a la Secretaría de la Paz, en conmemoración del Día Nacional para Dignificar a las Víctimas del Conflicto Armado Interno, que se celebra cada 25 de febrero.
De acuerdo con información de la Agencia Guatemalteca de Noticias, Estrada es periodista y se encarga de hacer una labor de memoria histórica en centros estudiantiles, en los sectores público y privado. Él perdió a 2 hermanos durante el enfrentamiento que se vivió en el país de 1960 a 1996.
Por su lado, Raúl Zepeda es catedrático universitario de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y a causa del conflicto debió refugiarse en el extranjero en dos ocasiones.
El sufrimiento del exilio lo impulsó a trabajar en proyectos personales de memoria histórica a través de investigaciones.
Favorecer la paz
En un mensaje que emitió por medio de su cuenta de Twitter, el vicepresidente Jafeth Cabrera expresó: “El 25 de febrero, Día de la Dignificación de las Víctimas del Conflicto Armado Interno, es un día dedicado a preservar la memoria de las víctimas, favorecer la Paz y la concordia social”.
A su vez, Jordán Rodas Andrade, procurador de los Derechos Humanos, declaró: “¡No se puede pensar en el futuro sin conocer nuestro pasado! No se trata de venganza, tan solo de Justicia!”.
Garantizar la justicia
En tanto, Pablo de Greiff, relator especial de las Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la promoción de la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, hizo un llamado a un compromiso firme y acciones concretas para garantizar la justicia, verdad y reparación de las víctimas.
“En este día tan importante para las víctimas en Guatemala, no debemos olvidar que la promoción de los derechos de las víctimas no es opcional, sino una obligación del Estado y una oportunidad para la sociedad en general”, subrayó el representante de la ONU.
En el día nacional para dignificar a las víctimas en 1999, la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala publicó su informe final Memoria del Silencio, en el que concluyó que en ese período se habían cometido actos de genocidio contra la población indígena del país.
Durante la guerra interna se estima que no menos de 200 mil personas murieron y decenas de miles se convirtieron en víctimas de desaparición forzada, tortura y violencia sexual.
De Greiff indicó que aunque se ha avanzado en el enjuiciamiento de ex funcionarios de alto rango por crímenes de lesa humanidad y genocidio cometidos contra la población indígena del país, existe una lentitud en los procesos, principalmente por el uso sistemático de tácticas dilatorias por parte de la defensa. A su criterio, esa práctica ha puesto en peligro el derecho a la justicia de víctimas que ya están en edad avanzada.