Por: Jorge Ernesto Fingado
Edwin Escobar, debe de inmediato iniciar una reestructuración administrativa con énfasis en la
descentralización.
Apoyar con todo vigor el diálogo nacional, como uno de los mecanismos más eficientes y seguros de tomar en cuenta al pueblo,y así, bajar en gran porcentaje los altos índices de violencia, desorden, corrupción y tantos otros horrendos males que nos están golpeando fuertemente y destruyendo el tesoro más preciado que tenemos: Nuestra niñez.
Los gobiernos locales –lo aseguro con todas las fuerzas de mi ser– siguen siendo el verdadero escenario para desarrollar el contenido de la Constitución, Políticas de Estado, Inversiones enormes en el bienestar social, control eficiente de la economía y una riqueza enorme de acciones para fortalecer las arcas nacionales y cristalizar los objetivos del “Programa Gobierno Abierto”, que aunque a muchos no les gusta el lanzamiento gubernamental, tarde o temprano tendrán que llevarlo a cabo nos guste o no, aunque presiento que los costos serán mucho mayores que si lo iniciamos ahora, aprovechando el interés de la iniciativa privada de invertir en grandes polos de desarrollo –como ocurre en Quetzaltenango– donde la población y las inversiones han crecido de tal manera que ya puede calificarse como la otra capital de Guatemala o región altamente desarrollada en la que están involucrados departamentos como Retalhuleu, Totonicapán, San Marcos, Huehuetenango.
Edwin Escobar, debe de inmediato iniciar una reestructuración administrativa con énfasis en la descentralización de su radio de acción y no tener ningún miedo o temor de ataques por sus aspiraciones mayores, los agentes desestabilizadores siempre estarán pendientes de guatemaltecos que aspiran a ser actores de la paz y no simples espectadores con riqueza económica que de nada les va a servir porque con la ley de extinción de dominio nadie se escapa ni mucho menos con todas las acciones que se están tanto contra todo acto de corrupción de cualquier naturaleza.
En la administración del mártir nacional Manuel Colom Argueta, el presidente de ANAM, Escobar podrá encontrar estrategias bien elaboradas. Los archivos de la entidad los tiene y si no yo conservo algunos si así lo desea, porque como exfundador de ANAM y mi récord en la administración pública he podido comprobar fehacientemente que cuando se trabaja con un pueblo organizado todo sale bien y muy pocas cosas mal y, el cariño de los electores se mantiene inalterable.
Jorge Ernesto Fingado
