Para iniciar un diálogo al igual que un conflicto se necesitan de dos, es evidente que desde el inicio de la humanidad las personas las familias las comunidades para sobrevivir además de su fuerza y razonamiento lógico, necesitaron comunicarse entre sí. Por medio del diálogo que poco a poco se fueron estructurando en idiomas y culturas. Es así como aparece el diálogo como el mejor instrumento para su sobrevivencia y la transformación de su entorno natural se inicia con signos, sonidos, gestos, y trabajo en equipo, de lo contrario su sobrevivencia estaba amenazada, donde no había diálogo habían conflictos y guerras.
En nuestro medio, en pleno siglo XXI, en la era de la tecnología de la comunicación pareciera que la conversación y el diálogo directo entre personas se practica muy poco, prevalece el chisme.
Cuando no se dialoga directamente, prevalece la ignorancia entre personas, familias, comunidades, ante la sociedad y las autoridades a pesar disponer de teléfonos inteligentes, y medios digitales, estamos cerca del conocimiento e información, pero lejos como seres humanos, lejos del respeto alejados como guatemaltecos.
En nuestra sociedad hay pocas experiencias de diálogo y en donde existe hay respeto y cohesión social entre vecinos.
Donde hay diálogo se respetan autoridades y jerarquías también condiciones económicas y sociales distintas. En una comunidad rural alejada de las áreas urbanas el diálogo y la conversación y la comunicación entre vecinos se hace necesario para su convivencia pacífica.
Por lo que el diálogo con valores y principios de buena fe. Pueden ser una buena herramienta para reconstruir una sociedad y un país diferente respetuoso tolerante a las diferencias y en paz. Contrario a que el diálogo mal intencionado con intereses ocultos, con prejuicios y de mala fe puede ser destructivos, en un diálogo debe haber buena disposición de las partes no ofender y descalificar de entrada.
Un buen diálogo debe ser armonioso entre amigos, bajo un solo techo nuestro país nuestro territorio con intereses y necesidades distintas. Nuestras diferencias no deben ser un obstáculo para dialogar y conversar si imponemos nuestras diferencias de entrada generamos conflictos. Un diálogo de buena fe debe promover entre los guatemaltecos respeto a las diferencias por cualquier motivo por distinción de raza credo o condición social, como reza la constitución, además de respeto y comprensión del otro, tolerancia a las diferencias culturales y lingüísticas y de opinión, apoyo mutuo y solidaridad, pero ante todo debe generar confianza.
Citando a la Fundación televisa sobre el valor del diálogo dicen: “Consiste en pensar con inteligencia y cuidado lo que vamos a decir, en abordar temas importantes para nuestra vida, escuchar atentamente a los otros y hacernos oír por los demás. Las metas más importantes del diálogo son la paz, la concordia, la comprensión y la solución de conflictos”.