El arquitecto e investigador urbano guatemalteco Teddy Cruz obtuvo el Premio Vilcek 2018 a las Artes y las Humanidades, tras lo cual propuso, durante una entrevista, ver las fronteras “no como lugares de violencia y marginalización” sino de “creatividad urbana”.
El galardón, anunciado el pasado 1 de febrero y que se entregará en abril próximo en Nueva York, destacó el interés de Cruz y su socia Fonna Forman, una profesora de ciencias políticas en la Universidad de California, para redefinir a partir de las herramientas de arquitectura y la planificación urbana los conceptos de fronteras, ciudadanía y comunidad.
“Me siento honrado de ser reconocido por la Fundación Vilcek y estoy agradecido por su dedicación al avance del ingenio creativo y científico de los inmigrantes en los Estados Unidos”, señaló Cruz.
Cruz consideró “especial” este reconocimiento, ya que el trabajo con Forman se ha “centrado en visualizar la inteligencia creativa de las comunidades de inmigrantes”, en traducir “el fondo social, económico y cultural” de la urbanización en sus barrios “para proponer políticas económicas y urbanas más inclusivas, así como nuevos paradigmas de vivienda y espacio público”.
Pero también vio el premio, que tiene un reconocimiento en efectivo de 100 mil dólares, como un “mensaje esencial para los jóvenes inmigrantes”, quienes “a pesar de sus batallas cotidianas para sobrevivir y construir un mejor futuro, puedan soñar y aspirar a ser arquitectos y artistas” y representar a sus comunidades “para transformar las políticas urbanas excluyentes”.
Una nueva visión política desde las fronteras
“En nuestro trabajo de investigación siempre hemos elevado las regiones fronterizas no como lugares de violencia y marginalización sino como epicentros de creatividad urbana: una geografía de conflictos desde la cual poder configurar una nueva visión política más inclusiva, basada en la interdependencia y los valores compartidos, no en la división y la xenofobia”, añadió.
Y a propósito de la inclusión del Estudio Teddy Cruz+Fonna Forman en el pabellón estadounidense de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2018, destacó que se plantean el límite fronterizo como “un laboratorio para repensar el verdadero significado de la ciudadanía”.
“En nuestra contribución a la bienal presentamos la frontera no como línea jurisdiccional, sino como una región, la cual titulamos MEXUS”, que “contiene una serie de condiciones ambientales comunes entre Estados Unidos y México (agua, ecología, capacidad humana, etc), y cuya visualización es importante hoy en día para redefinir las políticas urbanas y ecológicas transfronterizas”, apuntó.
Cruz expresó su rechazo a la construcción del muro fronterizo, al advertir que “impactará las ecologías sociales y ambientales en ambos países”.
“Representa no un artefacto de seguridad, sino un artefacto de inseguridad ambiental-económica, un herida autoinfligida”, opinó, y apuntó que el muro no es la solución a los problemas sino que complica aún más el futuro, que, a su juicio, dependerá “de nuevas estrategias de colaboración más allá del Estado Nación”.
El premio es otorgado por la Fundación Vilcek, creada en el 2000 por Jan y Marica Vilcek para reconocer la contribución de los inmigrantes a Estados Unidos y promover las artes y las ciencias.
*Con información de EFE.