tercera vía
Sin duda, el cambio climático es uno de los retos más grandes que actualmente enfrenta la humanidad, pues además, la lucha por restringir la generación de los gases contaminantes que causan dicha problemática, pareciera no importarnos o simplemente lo ignoramos. Prueba de ello, es la falta de conciencia de mucha gente cuando de verter la basura se trata, ya que depositan sus desechos donde les da su real gana, sin detenerse a pensar un momento en la contaminación que producen y que atenta, no solo contra la salud de las personas que viven en lugares circunvecinos sino contra el planeta en el cual habitamos.
Preocupa y alarma el uso y abuso de los recursos naturales, la constante deforestación de los ya casi escasos bosques, la tala inmoderada de árboles que aún oxigenan el aire que respiramos. ¿Cuándo entenderemos que nuestro planeta Tierra nos pide auxilio? No podemos seguir practicando actos de inconsciencia que contribuyan con la alteración climática y sus devastadores efectos para los ecosistemas que cada día agonizan sin que podamos hacer algo para minimizar los ya irreversibles daños. En tal sentido, la semana pasada la variación del clima se hizo sentir en nuestro país, las fuertes ráfagas de viento que ocasionaron la caída de varios árboles en distintas regiones, las intensas lluvias y los desbordamientos como el del río Polochic, entre otros y los incendios forestales que consumieron algunas extensiones de boscaje, fueron testigos del severo cambio climatológico que padecemos. Volviendo a la globalidad del problema, el calentamiento derivado de los gases de efecto invernadero que producimos, no es un juego, el cambio climático está afectando y llegará a perjudicar a todos los sectores desde la producción de los alimentos, la salud y la seguridad pública, hasta la infraestructura, si no implementamos medidas urgentes que coadyuven a la adaptación de esos cambios que alteran la atmósfera. Todavía hay personas que niegan el impacto de los alcances de tal calentamiento terráqueo, el aumento y el descenso drástico de las temperaturas, cuando en el territorio nacional ya se hace difícil pronosticar el inicio y el final de la época lluviosa.
Ciertamente, Guatemala, por su posición geográfica se caracteriza por tener un clima agradable y muy variable, empero, esa variabilidad ha aumentado considerablemente en las últimas décadas. Debemos empezar a trabajar conjuntamente en la construcción de planes y proyectos en el ámbito nacional, que lleguen e incluyan a las comunidades más recónditas, para adaptarnos a ese fenómeno que es una realidad y que desde ya confrontamos. La tarea y la responsabilidad recaen en el Gobierno y en las instituciones que velan por el medioambiente como en la iniciativa privada y en la sociedad civil. Debemos hacer propuestas y crear estrategias que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero las cuales se desarrollen en un proceso participativo, pues de quedarnos con los brazos cruzados más temprano que tarde lamentaremos las consecuencias de ni siquiera haberlo intentado.