Un golazo del argentino Ángel Correa, una demostración de eficacia del Atlético de Madrid, cuando el partido se movía en un inapelable 0-0, resolvió la victoria del conjunto rojiblanco (1-0), el único hoy por hoy que cree que la Liga aún no está sentenciada, ganador frente al Valencia.
Aún a una distancia considerable del liderato azulgrana, 9 puntos, sin salirse del partido a partido, mientras reafirma su segunda posición en el campeonato con 9 puntos ya de colchón sobre su adversario de ayer, tercero, el Atlético mantiene su ambición. Él jugó para ganar, el Valencia solo para empatar.
Si el partido ya tenía una enorme transcendencia, por la segunda posición, por el podio y por la Liga de Campeones, el objetivo primordial de ambos equipos este curso, todo se elevó aún más con el empate del Barcelona frente al Espanyol (1-1), un aliciente gigantesco para un duelo de altura, de los que exigen muchas cualidades.
Una por encima de todas, la pegada, el factor decisivo en el que insiste Diego Simeone, cuya idea toda la semana estaba clarísima, definida hasta el mínimo detalle. Quería presionar, robar rápido, jugar en campo contrario y a toda velocidad, la destreza en la que mejor se mueve el Atlético, que sufre con la transición más lenta.
Ahí, consciente de todo eso, incidió siempre el Valencia, que resistió el arrebato local desde un diseño de encuentro más pausado, más basado sobre el control de la pelota, reinventado por las bajas, pero armado, como siempre son los conjuntos de Marcelino, a pesar de sus 4 derrotas en las últimas 6 jornadas.
Desde esas directrices circuló el choque después, sin ninguna expresión en forma de ocasiones, con más amagos que otra cosa del Atlético, con más precauciones que proposiciones del Valencia, hasta un derechazo de Saúl Ñíguez desde más de 30 metros, un recurso puntual en un duelo competido, en maduración y en tránsito entonces.
El Valencia se encomendó a los fenomenales reflejos del portero brasileño Neto, que no le bastaron después, ya en la segunda parte, al borde de la hora de juego, con el derechazo formidable e imparable de Correa desde fuera del área; la mejor respuesta a un partido complejo y a las circunstancias.
Así el Atlético es el único de los perseguidores del liderato del Barcelona que aún cree en la Liga; desde lejos, a 9 puntos, pero 2 más cerca que hace una semana.