Un ataque suicida a una unidad militar reivindicado por el Estado Islámico volvió a golpear a la capital de Afganistán, que aún guarda luto, tras la muerte el pasado fin de semana de más de un centenar de personas en un atentado de los talibanes.
Después de tres ataques de envergadura contra objetivos civiles que en la última semana se saldaron con la muerte de casi 140 personas, los insurgentes asaltaron hoy las instalaciones de un batallón del Ejército afgano situado cerca de la Academia Militar Marshal Fahim en el área de Oargha, en el oeste de Kabul.
Dos insurgentes murieron durante el ataque al detonar los explosivos que portaban, y otros dos fallecieron durante enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. EFE