David Ayer sabe lo que hace en el universo de las películas policiales. En mi opinión, Bright es una versión sumamente entretenida en la que se mezclan los cuentos de hadas y las calles de Los Ángeles: elfos, orcos y humanos trasiegan armas, drogas y poderes. Una mezcla interesante entre las fuerzas del orden y la fantasía.
Primero repasemos la carrera de Ayer. Venía en ascenso desde que el gran Keanu Reeves lo apoyó en Street Kings (2008), que no es una película mala. Le sigue End of Watch (2012), uno de los grandes íconos del cine de policías: conocemos los barrios bajos de L.A..al puro estilo del Reality ShowLe sigue Sabotage (2014) que es una cinta para ver un sábado por la mañana y tiene una referencia a los kaibiles. Justo cuando coronaba su carrera con la bárbara historia de tanques contada en Fury (2014), a cargo de un elenco avasallador, resulta que se mete zancadilla y nos presenta la regurgitante Suicide Squad (2016, abajo digo por qué).
“Solo un Bright puede controlar el Poder de la Vara Mágica: la Gran Profecía 7:19”.
Mas Bright es otra cosa. Es una segunda oportunidad. La producción tiene varias lecturas. Además de las coreografías de acción que son entretenidas, hay un discurso de clases y razas llevados a otro nivel: los humanos y elfos, sin importar rasgos, tienen cierto desprecio por los orcos. Hay otro detalle: los elfos se encuentran en la cúpula del poder. Un detalle que me pareció necesario dentro de la película es este: la aversión por los orcos se debe a una traición sucedida hace dos mil años.
Explicado el entorno de la cinta, la trama es acerca de los Bright, seres que pueden blandir una vara mágica para cambiar el curso de la historia. Entendido de otra forma, es como sacudir “un arma nuclear que concede deseos”. Es en medio de esto que conocemos la historia de camaradería/odio de los policías Nick Jakoby (Joel Edgerton) y Daryl Ward (Will Smith). Esa dupla entretiene y hace reír a partes iguales. Bright es espectáculo de magia con uniformados, nada más. Si buscás una película de alto nivel de policías que ocurra en Los Ángeles, mejor mirá Chinatown, Heat o L.A. Confidential.
Decepción fílmica: Suicide Squad
Voy a ignorar que DC y Warner tengan historias fascinantes de sus héroes en dibujos animados, cómics y videojuegos. Ignoraré también que el director Ayer tenga varios aciertos en su cine. ¿Por qué Suicide Squad es un asco? Porque aún ignorando el precedente de su genial cinta Batman: Assault on Arkham, en donde aparece el escuadrón suicida, la versión con actores no tiene ni pies ni cabeza. No hay historia, la actuación es exagerada y no hay ni un buen diálogo en este live action. Cuando terminan de presentarnos a Harley y demás “supervillanos”, la historia llega a su fin poco después. Ni las curvas de Enchantress salvan la producción.