En el país hay establecidas 604 plantaciones de pinabete, que son apoyadas por el Instituto Nacional de Bosques (Inab). Estas representan un total de 294 hectáreas que contribuyen al resguardo de la especie, ya que brindan una opción de compra legal de los árboles, coronas y guirnaldas, productos que son de alta demanda durante la época navideña. Con esta acción se disminuye la tala ilegal en los bosques naturales y se impulsa el desarrollo de la población.
Los propietarios de estas reservas reciben el apoyo de los programas de incentivos forestales, en los cuales la dependencia ha invertido este año no menos de Q4 millones 763 mil en sus 4 ejes: plantaciones, protección de bosques, regeneración natural y sistemas agroforestales, informó Sergio Osorio, encargado del Área de Pinabete del Inab.
“Esta iniciativa va en incremento, lo que es positivo para que haya más artículos disponibles con marchamo. Acompañamos y capacitamos técnicamente a los usuarios para un buen manejo de sus áreas”, destacó el funcionario.
Ejemplo de ello, es la finca Agua Escondida, en Tecpán, Chimaltenango; ahí se encuentra Pinabello, lugar que cuenta con 3.83 hectáreas de plantaciones forestales de pinabete. Marvin Escobar, administrador de la propiedad, indicó que el terreno anteriormente no tenía cobertura vegetal, pero gracias a la instrucción del Inab se ha transformado en un medio de conservación que alberga también flora y fauna.
“El método que utilizamos se basa en la regeneración, porque solo se utiliza una pequeña porción del árbol. Agradecemos la instrucción del Inab que ha hecho