El Gobierno de Estados Unidos anunció la aplicación de sanciones a Cuba, centradas en el sector de turismo y militar, en el marco de la nueva política hacia la isla adelantada en junio por el presidente Donald Trump.
Se reinstalan las medidas que estuvieron en vigor durante décadas antes de ser parcialmente desmontadas por el anterior gobierno de Barack Obama.
El anuncio ocurre en medio de la peor crisis en la relación bilateral desde que los dos países restablecieron lazos diplomáticos en 2015, por los alegados ataques acústicos que Estados Unidos reclama haber sido dirigidos a sus diplomáticos en La Habana.
El Departamento de Comercio informó que lo anterior obedece a los requerimientos del Memorando de Seguridad Nacional, firmado por el jefe de la Casa Blanca el 16 de junio, que determina la nueva política. El Tesoro informó: “Personas sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos ahora tienen prohibición de participar de ciertas transacciones financieras directas con las entidades y empresas incluidas en la lista”.
El paquete, que entra en vigor hoy, incluye a empresas con las que los estadounidenses no podrán efectuar transacciones, que abarca 80 hoteles de toda la isla.
El nuevo paquete de sanciones mantiene los viajes de estadounidenses a Cuba para visitas personales o estudio, pero exige que tales viajes sean apoyados por una organización patrocinadora.