Un municipio sololateco ancestral que ha sido habitado por kaqchikeles y, a través del sincretismo, se ha convertido en una importante referencia turística. Ha inspirado a directores de cine y a arqueólogos, para la filmación de películas y la publicación de investigaciones.
Unas pequeñas calles y empedradas avenidas han sido testigos clave de la construcción de una historia a base de la cultura kaqchikel y el sincretismo con lo español. Prueba de ello, su nombre, San Antonio Palopó, que responde al de su patrono San Antonio de Padua, y al kaqchikel Palopó, que en español significa árbol de amate. Ubicado en el departamento de Sololá, con una extensión de 34 kilómetros cuadrados, este municipio ha sido inspiración para arqueólogos y cineastas, que han encontrado en sus intersticios fabuloso material para investigación y divulgación.
En la historia
Durante la Colonia, San Antonio Palopó pertenecía a la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús, del convento de San Francisco Panajachel de los frailes franciscanos. Durante el siglo XIX, por poco tiempo perteneció al Estado de los Altos. Fue el presidente Rafael Carrera quien lo reincorporó al Estado de Guatemala. Otro dato interesante es que durante la creación del departamento del Quiché, por parte del presidente Miguel García Granados, se tomó una buena cantidad del territorio sololateco, pero Palopó continuó siendo de Sololá.
Europeos atraídos
Uno de los arqueólogos ingleses más respetados de finales del siglo XIX fue Alfred Percival Maudslay, quien se especializó en estudios de yacimientos arqueológicos mayas precolombinos, especialmente de Guatemala. Tras contraer nupcias con Anne Cary Morris, recorrieron varios yacimientos arqueológicos, entre ellos San Antonio Palopó. Sus impresiones las plasmaron en el libro A Glipse at Guatemala, editado en Londres, en 1899, y cuya traducción al español es Una Mirada a Guatemala.
En su obra, los esposos Maudslay relatan los vericuetos por los que atravesaron para llegar a Palopó, la sencillez de las construcciones, de piedra, tejados de palma y piso de tierra. En esa ocasión, ambos fueron hospedados en una escuelita, en el salón para las niñas, a quienes les cedieron el día debido a que en su clase permanecían las pertenencias de los visitantes. Otro dato interesante es que en la publicación expresan que para la vestimenta de los parroquianos utilizaron telares primitivos, lo cual relacionaron con los códices y manuscritos prehispánicos.
En la pantalla grande
Otro de los interesantes aspectos históricos, más allá de las fronteras, es que el municipio sololateco fue la locación más importante del filme mexicano Paloma herida, rodado en 1963. El productor fue el guatemalteco Manuel Zeceña Diéguez, mientras que el director fue Emilio Fernández, conocido como El Indio, y quien es reconocido por ser uno de los más importantes realizadores la Época de Oro del cine mexicano.
La película ofrece un argumento entre romántico y político, pero la protagonista principal tiene un novio indígena oriundo de San Antonio Palopó, quien era déspota con sus paisanos. En la cinta intervienen los actores del país vecino Patricia Conde, Emilio Fernández, Andrés Soler y Columbia Domínguez.
Última cuadra
Luces, color, tradición, historia, pobladores y escenarios. Todo lo que este ancestral pueblo ofrece es importante para la cultura y el turismo. Lo que se observa desde cualquier esquina va más allá de lo natural, surge la magia y la naturaleza viva.
