Con el fin de apoyar a las familias de los pacientes del Hospital Roosevelt, las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) reactivarán el Comedor Seguro en la entrada de ese nosocomio.
Las instalaciones, que serán las de mayor capacidad, funcionarán nuevamente la próxima semana, y en los primeros días se tiene proyectado servir unos mil 500 tiempos de comida, y para 2018 el servicio podría superar los 2 mil, informó Carlos René Vidal, vicetitular del Mides.
“Todo el año hemos trabajado para poder adjudicarlo, porque muchos proveedores no querían ofertar; logramos ganar su confianza por medio de la reactivación de otros Comedores, ya que se dieron cuenta de que somos una institución que cumple sus compromisos”, remarcó el funcionario.
Aliciente
Manuel Ixcoy, quien llevó a su pequeño de 5 años a la Pediatría del Roosevelt, resaltó esta acción del Gobierno, especialmente porque está cerca del centro asistencial, pues es uno de los lugares en donde más se necesita.
“Venimos desde Sacatepéquez, de donde salí sin desayunar por la emergencia que se nos presentó. Ahora se vienen fuertes gastos para la recuperación de mi hijo y no traigo mucho dinero, por lo que este servicio sin duda apoyará a muchas personas como nosotros”, concluyó el entrevistado.
Estela Paredes vende ropa usada en las afueras del nosocomio, pero sus ganancias no alcanzan para alimentarse. Por ello, dijo, el Comedor será un aliciente.
El valor simbólico de los desayunos es de Q1 y del almuerzo Q3. La comida consiste en huevos, frijoles, pollo, fideos, pan y café, entre otros suministros.
El quinto del año
El Comedor Seguro del Hospital Roosevelt sería el quinto que se inaugura este año. Los otros 4 están en la zona 10 de Mixco, la Unidad de Oncología Pediátrica de la zona 11, en Chiquimula y San Marcos. Asimismo, el próximo año se espera abrir más sedes en los puntos vulnerables a la inseguridad alimentaria, como Jalapa, Jutiapa, Alta Verapaz y Quiché. Una de las prioridades del Ministerio de Desarrollo Social serán las nuevas instalaciones de San Juan Atitán, Huehuetenango, donde se registran los indicadores más altos de desnutrición.