Los guatemaltecos cada día vivimos gran congestionamiento en el tránsito. En el pasado era problema exclusivo de los capitalinos, ahora ese caos se vive en cada una de las cabeceras departamentales y en algunos municipios estratégicos del país.
Comprar un vehículo da cierto grado de seguridad, ocasiona gastos diversos, no resuelve el problema de traslado al estudio o trabajo con mayor rapidez, pero sí suma para el caos vehicular. En muchos casos, en los vehículos, va solo una persona y es algo muy común, somos individualistas extremos.
Hay casos de personas que deben salir de madrugada de su residencia, llegan al trabajo un par de horas antes, estacionan el vehículo, duermen un tiempo, desayunan e inician su jornada laboral.
Si salen más tarde, puede ser que no lleguen a tiempo al trabajo. Esta situación ha cambiado el estilo de vida de muchas personas, los niños para ir al colegio deben madrugar, dormir en el bus, llegan al colegio y siguen durmiendo ahí, todo esto tiene sus repercusiones en la vida de cada persona. La situación no parece tener solución inmediata, el caos aumenta a diario.
Muchos países han vivido su propio caos vehicular; sin embargo, las estrategias que han implementado han ayudado a resolver esa problemática, el caso de vías exclusivas para sistemas de Transmetro
Guatemala, Transmilenio y pico placa en Bogotá, trenes, ciclo vías, motovías, entre otros, cada una tiene sus ventajas y desventajas, el caso de Guatemala es muy particular, vemos a diario conductores con mucha o poca formación, que asumen conductas que contribuyen al caos. He visto señales que indican que solo hay una vía, pero no se respetan señales que dicen no virar, y los conductores viran, rutas en donde hay largas filas y los pilotos de buses u otros vehículos vienen y se van en contra de la vía, con el fin de adelantar no importándoles nada. Pilotos que hablan por teléfono o chatean, se maquillan mientras conducen, todo esto hace que en un momento suceda un accidente y el caos dure horas.
Es común observar en el transitar, alegatos, insultos, señas, riñas, robos, entre otras, hay personas que opinan que a pesar del caos rutinario, hay días peores y estos son cuando hay policías de tránsito, accidentes, fallecidos, lluvia o simplemente un vehículo averiado.
Hay mucho por hacer, empecemos por donde corresponde no podemos seguir así.
Urge una solución sostenible.