La oposición venezolana enfrenta el riesgo de perder a sus cinco gobernadores elegidos en los comicios regionales, ante su negativa a subordinarlos a la oficialista Asamblea Constituyente: un nuevo frente de conflicto se abre en una crisis política sin miras de solución.
La Constituyente, desconocida por la oposición y por gobiernos de América y Europa, juramentó ayer a los 18 gobernadores oficialistas, mientras que los cinco opositores estuvieron ausentes.
“Quiero felicitar a los gobernadores opositores (…) y están formalmente convocados a presentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente”, dijo desde la tribuna su presidenta Delcy Rodríguez, sin lanzarles de momento advertencias.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que desconoció el resultado de los comicios al denunciar anomalías, aseguró en un comunicado que no caería “ante el chantaje de la fraudulenta Constituyente”, y que sus gobernadores solo se someterán al mandato de la Constitución.
Maduro convirtió los comicios regionales en una validación de su Constituyente, cuya elección en julio fue acusada de fraudulenta por la MUD y la empresa de tecnología electoral, y dispuso que los electos se subordinen al órgano, so pena de destitución. No está claro qué pasará si los opositores son destituidos, pero la Constituyente, con poderes absolutos, puede decidirlo.
Según la Ley, los gobernadores deben jurar ante los consejos legislativos locales.
“Entramos a un nuevo capítulo del conflicto”, declaró a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
Las elecciones fueron cuestionadas por la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y una docena de países de América Latina que apoyaron el reclamo de la MUD de una auditoría independiente, pues acusan al Consejo Nacional Electoral (CNE) de servir al gobierno.
“¿Dónde está el fraude? ¿Cuáles son las pruebas? Estamos seguros de la limpieza y la pureza de los resultados”, dijo la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, invitada a la sesión que organizó la Constituyente.