El presidente francés Emmanuel Macron aseguró ayer que su país expulsará a cualquier inmigrante ilegal que cometa un delito en su territorio, en su primera gran entrevista televisada, ya durante su gestión.
“Tomaremos medidas más duras (…). Todos aquellos que, siendo extranjeros en situación irregular, cometan cualquier acto delictivo serán expulsados de nuestra nación”, anunció, dos semanas después de que un tunecino matara a puñaladas a dos mujeres en la ciudad meridional de Marsella antes de ser abatido por la Policía.
Aquel hombre, Ahmed Hanachi, de 29 años, había sido detenido por hurto apenas dos días antes de los asesinatos perpetrados el 1 de octubre, pero la Policía lo había liberado 24 horas después de su arresto.
“… ya no tomamos todas las medidas que deben tomarse. Pues eso va a cambiar”, prometió Macron.