Unos 500 miembros de las Fuerzas Armadas brasileñas volvieron ayer a la mayor favela de Río de Janeiro, Rocinha, para apoyar a la Policía en un operativo relámpago, después de que los tiroteos se intensificaron nuevamente en esa comunidad.
“No es una operación de cerco como las otras. Es un apoyo técnico en esta operación de escaneo para localizar material escondido que ya fue detectado por Inteligencia (…) Buscamos armamento, municiones, explosivos, todos estos materiales que están siendo usados por las facciones”, dijo a GloboNews el coronel Roberto Itamar, remarcando que el despliegue es puntual y que los militares abandonarán la favela una vez termine esta labor.
Las autoridades habían dado por estabilizada la situación en Rocinha, donde viven alrededor de 100 mil personas, y decidieron retirar el pasado 29 de septiembre a los 950 soldados que habían reforzado la seguridad una semana antes. • AFP