Petapa y Marquense se enfrentan esta noche en el Julio Cóbar, por la jornada 13 del Apertura 2017, que se acerca cada vez más a las llaves decisivas. Ambos con 2 realidades distintas reflejadas en las posiciones que ocupan: segundo y undécimo.
Los loros han subido y bajado a lo largo del certamen: de líder a sublíder, incluso han descendido al tercer lugar, pero desde que ingresaron en zona de clasificación no han salido y a estas alturas no hay lugar para otro traspiés.
La crisis de Marquense era de esperarse antes del torneo. Los problemas administrativos han carcomido la armonía del plantel, lo han contagiado y se ha convertido en situación de urgencia y desesperación por un triunfoimpostergable.
El coqueteo de los auriverdes con los primeros lugares no se ha perdido, sino es porque la combinación de resultados los ha favorecido. Hace 1 mes no festejan una victoria. En ese lapso han caído 2 veces y empatado la misma cantidad de partidos.
Línea delgada
Esta noche, entre la gracia y la desgracia hay una línea delgada: un triunfo ayudaría en la tarea de recuperar la cima, o una derrota que, si se da otra combinación de resultados, lo descendería aún más en la clasificación.
Las desconcentraciones sobre la hora les han pasado factura a los loros, pese a su aceptable despliegue de futbol. La situación hace remontar a aquel punto que estuvieron cerca de sacar del Mario Camposeco, pero un error de Juliano Rangel enmarañó todo.
Por costumbre, en nuestro futbol el equipo local tiene las de ganar, y más en las condiciones en las que se presentan los felinos, sumidos en el drama como consecuencia de la pálida dirigencia y la impronta sincronía de sus jugadores.
Doloroso
La herida por ceder el empate a los coloniales en los últimos minutos está viva en los occidentales. No es la primera vez que se les escapa un partido, y aunque el tiempo para afianzar una idea futbolística se reduce, su opción, de momento, es apelar al corazón y coraje.
Todo se resolverá en 90 minutos y triunfará el que acierte las ocasiones generadas sobre el tapete verde del Julio Cóbar.