El presidente Donald Trump viajó a Las Vegas para reunirse con las víctimas de la peor matanza a tiros en la historia reciente de Estados Unidos, mientras el Buró Federal de Investigaciones buscaba pistas sobre lo ocurrido, interrogando a la novia del atacante.
“Es un día muy, muy triste para mí”, dijo el mandatario, acompañado de su esposa, Melania.
Tres días después de que Stephen Paddock, un estadounidense de 64 años, matara a 58 personas e hiriera a no menos de 500, poco se sabe sobre el móvil de este contador jubilado a quien le gustaba apostar fuerte y era dueño de un arsenal, quien fue hallado muerto tras la tragedia.
Su novia, Marilou Danley, estaba en Filipinas cuando Paddock disparó con rifles de alta potencia desde su habitación, en el piso 32 del hotel Mandalay Bay, el domingo por la noche, masacrando a algunos de los asistentes a un concierto de música country en la principal avenida de la ciudad del estado de Nevada. • AFP