La mitología y visión de la etnia kaqchikel, su historia, costumbres, estructuras comunitarias y la elección de sus primeras autoridades están plasmadas en el Memorial de Sololá. Aunque el manuscrito se encuentra en la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, EE. UU., ahora una copia facsimilar ha vuelto a su lugar de origen. Específicamente, a la Municipalidad Indígena de Sololá, sitio en el que será resguardado y próximamente expuesto para consulta de académicos, investigadores y público en general.
Trozo de historia
La copia del Memorial de Sololá, entregada por el vicerrector de la Universidad de Pensilvania Carton Rodgers al alcalde Tomás Saloj, contiene 48 folios numerados en 96 páginas y con escritos en ambas caras. “Es probable que la misma mano haya sido la encargada de desarrollar este manuscrito en tinta negra y en letra legal. Esto es muy importante y difiere de otras ediciones, ya que existen trabajos y traducciones hechos por personajes como Simón Otzoy y Adrián Recinos”, explica Josué Chavajay, coordinador del proyecto de recuperación de la memoria histórica de la Alcaldía Indígena de Sololá.
El original de este texto es conservado en la sección Gutenberg del Museo de la Universidad de Pensilvania desde 1899. Sin embargo, Chavajay asegura que el pueblo kaqchikel, a pesar de no tenerlo físicamente, lo ha mantenido presente en su recuerdo: “El regreso del documento representa un reto para la población. Este se refiere a conocer y narrar la historia desde adentro, darle una mirada que surja de sus raíces”.
Chavajay indica que la vuelta de la copia facsimilar es parte de un proceso de recuperación de documentos que realiza la alcaldía: “Somos depositarios de testimonios que ayudan al estudio y comprensión del funcionamiento de una institución indígena”, concluye.