La Selección española afronta dos partidos cruciales de clasificación para el mundial contra Albania e Israel, tratando de aislarse de la tensión generada en Cataluña, que ha vuelto a poner a Gerard Piqué en el avispero.
La crítica del central a la intervención policial en la región el domingo para impedir un referéndum de autodeterminación, prohibido por la Justicia española, lo convirtió en blanco de abucheos y pitos el lunes en el primer entrenamiento de la roja en Las Rozas, en las afueras de Madrid.
Debido al rebrote de hostilidad hacia el jugador, encarnación para muchos de las aspiraciones independentistas en la región, pese a que nunca se ha pronunciado en ese sentido, el seleccionador Julen Lopetegui y sus compañeros se han apresurado a arroparlo y a pedir centrarse en el futbol.
“Entendemos cómo están las cosas. Sabemos que se ha generado un ambiente desagradable” por unas situaciones conflictivas en las cuales seguramente no solo Gerard, sino muchos otros deportistas, han dicho lo mismo”, dijo el lunes Lopetegui a la radio Cadena Ser. Otros deportistas, como los hermanos Gasol, también habían lamentado los sucesos en Cataluña, pero la conocida postura de Piqué en favor del derecho a decidir en la región y el hecho de que hubiera votado en el referéndum han vuelto a colocarlo en el centro de las protestas.
Un tema agotador
“En la figura de Gerard se ha centrado este tipo de actuaciones, que por otra parte no deseamos, no queremos. No es bueno para el equipo ni para él”, añadió el seleccionador español, quien volvió a destacar “el compromiso” del jugador con la roja.
“Ya cansa el tema”, afirmó ayer el volante Koke, con semblante serio durante una rueda de prensa, ante las preguntas de la prensa sobre Piqué y la convivencia en el equipo, luego de un entrenamiento más tranquilo sin público.