Después de medio siglo de feroz enfrentamiento, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional y las fuerzas armadas están por primera vez en tregua en Colombia.
Comprometidos desde febrero en una negociación de paz en Quito, el Gobierno y los rebeldes pactaron un alto al fuego que empezó a regir desde las 00:00 de este domingo y se extenderá hasta el 9 de enero.
Con este acuerdo, las partes pretenden avanzar hacia la terminación definitiva del último conflicto en América, tras el convenio que alcanzó el presidente Juan Manuel Santos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y que permitió el desarme de esa guerrilla y su transformación en partido político.
“A partir de este momento, y como lo dijo nuestro comandante Nicolás Rodríguez, el ELN cumplirá el cese al fuego bilateral de manera plena”, dijo la delegación de paz del grupo insurgente en su cuenta de Twitter. Sin embargo, la tregua estuvo precedida de una jornada violenta que dejó 5 muertos, incluidos 3 policías y 1 dirigente del ELN.
Los uniformados fueron emboscados en una zona del suroeste donde, según la Policía, opera el grupo en tregua y disidentes de las FARC que se apartaron del proceso de reconciliación. Las primeras pistas apuntan hacia los segundos como responsables del ataque.
En contexto
La agrupación guevarista había lanzado una ofensiva en los días previos que afectó uno de los principales oleoductos del país y dejó un soldado muerto.
El derrame del crudo contaminó ríos de los departamentos de Norte de Santander y Arauca, que son fronterizos con Venezuela.
“Como en toda tregua hay riesgo de incidentes, pero las dos partes están muy maduras y las órdenes que han dado son muy explícitas y muestran que la voluntad de paz es real”, manifestó el politólogo Víctor de Currea-Lugo, especialista en la agrupación insurgente.