Un esfuerzo sostenido de inteligencia y prevención policial marcan una tendencia a la baja en la tasa de homicidios.
Sobrevivir a los reparos, conjugar el ejercicio de la libre emisión del pensamiento y la existencia implícita de la función propia del órgano de comunicación oficial es un reto de grandes desafíos, si se desean hacer aportes para la consolidación democrática. Tales son algunos de los elementos que nos alejaron de este importante espacio los dos lunes anteriores. Gracias por su paciencia amable lector.
Hace más de 10 años, el 15 de junio de 2007, mediante la Resolución No. 61-271, la Asamblea General de Naciones Unidas, instituyó esa fecha como el Día Internacional de la No Violencia. Esa resolución combina principalmente el contenido de otras 4 resoluciones: Las 53-243 A y B, del 13 de septiembre de 1999, relativas al fomento de la Cultura de Paz; el Programa de Acción sobre una cultura de paz, contenida en la 55-282, del 7 de septiembre de 2001; y, la 61-45, aprobada el 4 de diciembre de 2006, que contiene la Declaración del Decenio Internacional de una Cultura de Paz y no violencia para los niños del mundo. La armonía, la tolerancia, el entendimiento y el fomento de la no violencia son principios fundamentales para una convivencia que garantice una larga data para los pueblos del orbe. La generación de condiciones para que la persona humana encuentre en el mundo colectivo oportunidades para su realización plena, atraviesa necesariamente por la concreción de estos principios aplicables sin ningún tipo de exclusiones.
Nuestro país, es una colectividad de múltiples paradojas. Aquí convive la opulencia propia de los ámbitos mundialmente más desarrollados y a unos cuantos cientos de metros de distancia, los cinturones de miseria nos recuerdan encontrarnos en una constante “vía en desarrollo”. Gracias a un esfuerzo sostenido de inteligencia y prevención policial, la tasa de homicidios, en medio de sus variadas formas y medios para concretarlo, marcan una contundente tendencia a la baja. La más significativa disminución en los últimos 184 meses de registro.
Nuestra sociedad ha sido protagonista de significativas y multitudinarias movilizaciones de protesta ciudadana por el hartazgo de la corrupción e impunidad imperante y, en tales expresiones, no se ha producido ni un solo acontecimiento aplicable a una violencia generalizada. Hubo hechos aislados de ímpetu, pero fue controlado por otros participantes y no pasó a más. Hoy, Día Internacional de la No Violencia, es importante no solo admitirlo, aplaudirlo y reconocerlo, es trascendental divulgarlo sin límite alguno.